10/15/2006

RECIENTE RECUERDO DE DANIELA

Pasas caminando
como si las calles no tuviesen su propio nombre
puesto por alguien

cual la marea de noctívagas sustancias enajenadoras
que en mi cráneo suprimen tu boca fina
y tu saliva dulce
alimentando mañanas con hijos de poeta

pasas así caminando
con tu roja chaqueta de piel
mía
suprema e indiferente

tanto para que mis secuaces me dijeran ella
era
tu mañana
ciego
tu día que no llega
vato
grita su nombre al aire

que le dijo una canción de Jara
esa mañana que te mearon Grabiel y otro ángel

que la poseía con ideas de no ser mala
amiga

diantres que odio
tú sabes Daniela
que yo ni tú pudimos vernos

que yo tengo diecisiete ojos rojos

que velan muertos

que viven tranquilos y desesperados
tras un día que no llega…

ay!! Daniela…

no podía aparecer a esa hora
tan temprana

ni en esas circunstancias que yo barato
en el submundo de callejones del infierno
de un futuro lejos
y una promesa subyugándole encima
de tu cima que Pavlo pudiese
ir a buscarte sin el tajo en el rostro
pasmado con una madre bien muerta
y un dictador bien acomodado
en la espalda de una pequeña morena
que me admira tanto como la banca de la esquina fina del barrio

por el que tú Daniela
osaste pasar inadvertida…

¿es qué acaso no sabias
que el diablo
se pasea incluso de antaño
por estas parcelas?

Tan estupida tú mi Daniela…

Y yo veía tus obras de teatro
en Valparaíso,
tú y Rubén Darío,
tú y un pedazo ensangrentado de mi corazón

en mi chaleco celeste
que te robaste la tarde en que me aliviaste
con tu arte y con tu filosofía.

Amada mía ni siquiera
tu espejo seductor de la desnudez
tras el baño te darías.

Eres fría como ocasos sureños,
eres pasos atrás en el poema del bohemio
estropajo
que delira pensando que por mi lado pasaste
y me ignoraste
con tu mujer de la mano….

Tus piernas abiertas
a mi corazón
encarcelaron
y yo no puedo comprender aún el mágico soplido
de un avión chocado contra el nido
de un vano gorrión café claro-oscuro…

lo lamento mi hermosa y actriz preferida…
ni el cristal esperanza de unos ojazos
aturdidos en miel ostentosa
me dirán que la cosa fue diferente…

vuelve a mi vientre
inflamado
de promesas a esa otra farsante,
sácame este hijo horripilante
del espacio del parque de enfrente de casa…

Claudio conoció a tu prima morena…
tu chaqueta tan roja como siempre

en mi pene retraído
y el vaso plástico del vino de tu olvido…

no deseo odiarte tanto y ahora…
bésame si quiera el vil esperpento
de mi recalcitrante ser yo.

Para olvidar por lo menos que existes
en mi perra

cabezota
maldita…

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