8/28/2007

SALAMANDRA


Verbena. Donde ver la vena
a reventar deslizarse
por el portal aterciopelado del pubis.

Seda. Debajo de la amplia columna,
ahí se da alivio a la palma.

Soberbia. Regalo de último sorbo
por la vía incorrecta.

Pezón. Diente de león parece la nieve,
a la cresta de sombrero sirve su palidez.

Fruta. Atraviesa el sendero
que contra la pared se frota.

Sexo. Sinuoso y erecto el mar se manifiesta.

Perra. Esotérica cuadrúpeda lame la alfombra.

Sal. Miedo abatido a la parca entreabierta,
catre poroso quebrado y sonoro.

Espejo. Mira sus ojos el ojo felposo,
corren mis lagrimas por bella trinchera.

Calor. Ambos animales encajan elementos,
luna, lluvia, mojada tendencia.

Chupar. Coloca la carne al pie del cañón,
ofrenda milagrosa que trae la vida.

Orgasmo. Eléctricas naves disparan en su boca,
al fondo del pasillo se le paga al cabrón...

"TRASLADO"



Inflexiones de marea llenan los vasos
y quiebran las copas
cual si de abuelos mórbidos se tratase el guión,
atardece raudo el sol invisible
que rosa de lado la cadena de asfalto.

Y a eso le llamo concreto,
objetivo y absoluto como el cemento del camino,
como la basura del vecino,
como si casa no fuese nunca a tener...

He desordenado mi propio castillo,
le prendo las cortinas a ver si algo florece,
nada se inmola tanto como la seriedad...

Regreso al mismo lugar, ahí, donde nunca estoy.
Cambio cien (besos seguidos)
por siento que todo se ha acabado.

Hay una muralla transparente entre nosotros,
es de furia y de metal, de papeles
con extintos fotografiados por egoístas.

Toma la micro, querida, toma el metro
y ándate de ti misma....

ahí me veras de pie como un Chileno,
parecido a un perro con tiña
pero un poco menos hilarante que las palomas
que se cagan a los Peruanos cuando llueve.

8/24/2007

A UN SUEÑO

Ella le descuella
la bestia embobada
que brama al espacio,

donde él va despacio
por las carreteras del esplín,
besando sus recuerdos
que más son entelequia del día
en que ella en estrellas
confundida y fundida
en el deseo pueril de él siendo fiel y feliz,

le bese y le diga:
“quédate conmigo en esta ánfora de paz,
que parecida al más hermoso mausoleo,
será la siempre deseada final mansión,
donde te chuparé las magulladuras del corazón
reventado
que me has regalado,
tan humildemente y por amor”.

Ella espera sin encontrar la razón
de aquel ingrato de frío trato
para con los habitantes de un tártaro cualquiera.

Mas ella recibe contenta las quimeras
doradas y de ónix
atisbado por filósofos anacoretas
que beben cerveza en la plazoleta del pueblo.

Ella le dice:
“no lo recuerdo,
no lo encuentro muy cuerdo
y más bien me hace experimentar la sensación
del niño encerrado en el castillo
que no conoce del sol
ni el más mínimo brillo”

Él quisiese tomar el jugo de sus manos
y aferrarse a su cintura como al cadáver el gusano.

8/14/2007

Yo no tengo madre, querida Electra
y lloro en abdómenes sensatos
mi mala cepa infectada de sueños
parecidos a moscas de colores escasos
mientras deseo el palpitar de tus vellos
cuando abren paso a una idea de libertad.
Yo no existo, querida Electra
si no apareces, por lo menos, en forma de elegante sonido
con esa cara de pena tatuada a fuego limpio,
escondida tras esos dientes asomados
a los mejores vinos de la vida,
a los pulcros umbrales de una salida
preparada para que nos saque cuando queramos de aquí.
Yo no soy de metal, querida Electra
soy de agua,
vapores y hielos me hacen la comida.
Te deseo cuando te apareces sin tus cedas de encanto
cuando nadie te ve,
y te toco las manos de todo tu cuerpo
con el alma encaramada sobre un dilatado silencio
de esa boca pequeña que acicala el rostro
de tu vientre cada día.
Yo no sé estar despierto, querida Electra,
amada madre e hija de mi pasión sin remedio.

(Con amor de tu padre,
tu hijo Edipo)

8/07/2007

CUESTION A MIENTO

¿Y qué hago si no soy
de aquellos que la cruz cargan
con ojos rutilantes de airoso placer inmóvil
y se quejan con sonrisa paciente
a sabiendas de la paga,
de la promesa que se avecina
sólo por ellos que son regios suicidas?.
Yo no soy de esos
de los que admiro
de los que contemplo
volviéndose duros con los años
que sostienen el pesado madero
de los días que nacieron,
de aquellas como tú que saben
que hay que esperar serenos,
que se debe postergar el premio,
que mañana es otro día tan certero
como la teoría de que todos envejecemos
y quizás veremos atrás,
y quizás no nos levantaremos,
jamás, nunca más a trabajar.
¿Qué hago si nací
bajo el signo epicúreo de la pandemia
de estos años que a rebaños desplaza cual nada,
si el metal de mis bolsillos no dibuja tantas sonrisas
y solamente esboza la comparsa
de mis embriágueses patológicas
y lógicas penas
de despertar y desesperar
por volver a donde mismo,
siempre igual y rutinero,
navegando sin destino
por los caprichos que no piensan en nadie
por la imaginación del dinero?
Yo no soy nunca
de aquellos de la punta,
no me veo en la fila ni me río como canalla,
quisiera saber que la gloria tiene ese sabor que sublimo,
que mi vino no hace llorar
ni gimotear cual en las noches.

FEMICIDIO

El cielo tapizado
de viejas fálicas obscenas
que por la tierra petrificada
que combina con el sol plomo,
han acabado con todo,
han resistido la gnosis
de los penúltimos guerrilleros
de largas barbas amorosas,
cual una tarjeta de oro
que se desayuna a las irrisiones
y nunca vuelve de su trabajo
y nunca besa a tus manos.

Un maratón de monos
de prisa gritan hacia adentro
de sus fronteras disipadas:

se inflan como groseras certezas
de que el delirio final de Dios
acabara con los regios pulmones
rosados de esa bella niñita.

y él… el protozoario intelectual
se venga de Eva, la humilla y la somete
bajo brutal hegemonía
hasta dibujarle en su antigua y gallarda piel
de única salida,
las púrpuras secreciones del dolor
de la injusticia;
la virgen ya ultrajada
manufactura en un pedazo
de su reventado corazón delicado:

“En particular esta raza debería extinguirse,
ángeles ebrios tomaremos la paz y la violaremos,
nos alzaremos en el silencio de la ignorancia y la soberbia
y arremeteremos por la espalda
como las gallinas sinsentido en las que nos han convertido”.

8/03/2007

LIVIDA

Quiero llenar de algo
esta pagina de sal,
para desenfrenar,
(o en su defecto) aprisionar
las barreras contra las que se impactan
las quimeras embriagadas de mis días.
Tendré la prudencia de estafarme a mi mismo
cuando lea el grabado que me tatué en la lengua
y que se parece al beso desgraciado
de la mentira, de la verdad
de sus palabras que nunca serán mías.
Y espero que los cigarros jamás se terminen
de consumir mis ansias de huida,
creo que el humo es el perfecto
vehículo enmascarado y nacarado de un perfume
de muchos más grados que el verano antaño. –
Quiero salir de aquí-
dice esta sentencia.
¿Adónde?
Ni ella sabe,
aunque inconsciente está
de que el país que merece
se iguala a la moneda que brilla siempre
en la retina de su portavoz oficial.