6/24/2007

UN BESO A LA NOVIA

Abre la boca para tragarte
mis palabras como si la lengua
fuese nuestro vinculo profundo parecido al amanecer
hundiéndose en la noche. Me gustas como la sal,
el azufre y la gloria,

por eso sigue agitándote
cual gota en la punta del florero seca lagrimas,
del vértice del colirio, nace de la flota de los perdidos dragones.

Yo te amo, sabes contar estrellas y sabores,
conoces la nada como mis pupilas
aferrando en esas lóbregas perspectivas
la única esperanza de mi último recurso.

Espera a que me asome de nuevo
seré niño, otra vez seré tuyo como tu cepillo y los ladridos,
la alfombra de terciopelo negra y fabulosa.

Cata y déjame tomar si manos son pena,
si mi piel es árida de la mañana siguiente,
ahora es ahora y ahora es invariablemente,
quiero tatuarme en el ojo tu fiesta.

Volar sería poco tras la montaña de la muerte,
espero en el sitial que duermas en mis piernas
siempre es este minuto,
suena el saxo y yo veo tan claro como hace luna, tu signo
se deshace en tu pelo; tu pelo es un velo para mis dedos sedados
en la marea de tu cadera sobrepuesta a mi fuerza.

Me gusta tu cara me place la muestra
el sonido de tu halito es razón y mesura
en la cama, en el nido
de los perros y las angustias, quédate por nunca
a mi lado como un alfil y una aliado a las reinas del mundo
que son las nostalgias de todo
el que tiene a su deseo en la mano
y el quitasol le resguarda del año pasado
y hace que el futuro desaparezca en un beso...

VALENTIA

Yo no temo, progenitores como águilas
miran desde lejos como repto
por el cuero de una sinsentido
alucinación de gloria y dormitorio.

Yo ya no temo, sólo me inclino
sobre los bordes, ahora camino
con la boca como un beso,
considero que tus alas me quedan un poco ajustadas
y no combinan con mi traje negro,
gastado y bohemio como la risa y la soledad caliente
como puta sincera,
como madre de calendario en la bodega del arlequín…

Ya no le temo a la oscuridad,
de hecho, me fume un cigarrillo bien lejos de las estrellas,
incluso un día dormí como si nada…

Ya no le temo a los fantasmas tuertos,
ellos me han celebrado casi todos los cumpleaños,
por cierto que les agradezco
obsequiarme la locura,
escribirme un par de sonetos
con impecables letras del único diamante
que me ha amado de verdad
sin dejarme contando el vuelto
en la mesa del bar que es mi vida.

6/16/2007

primero

Estado y vetusta revancha
sería posible una salida en el hermético
planeta del simio que se alza
tras el fruto de tus plantas
de pie de princesa
sedienta y blanca como las hojas
que bailan en el viento de mi aliento
cuando caen del árbol insano de mi mollera
atravesada por púas de asfalto,
por diademas de grasa,
por terrones de caca
y rameras de pasto seco en la punta del cielo.
Me escapo como sabes
en compañía de mis dibujos,
ellos me hablan, me besan,
me bailan: se empapan conmigo
bajo la regadera del ámbar vitral
de la única paz. Me lo dan, me lo quitan.
Me moja la lluvia de la lágrima rota,
la ordinariez deidad, la boca desconocida
y ganga barata del ayer que es pronto.
No sé que hacer, mas todo se mueve,
mas todo se muere,
mas todo se parece al día feliz
que sólo en la noche revela su rostro
un perfecto antifaz nacarado y siniestro.
Camina a mi lado tapada de zorra,
no habla y cabalga en mi alma agotada,
me rosa la cara con armas suicidas,
me roba la billetera en la soga lánguida de la vida.
Y eso me espanta,
y un comino se muestra en el ocaso,
el desprecio en mis brazos los llena de venas de plata
y de oro y un crápula veneno,
la tengo en la mira y mi disparo es certero
como un niño besándose en la ropa del suelo.
Y no me la trago y la vomito de ego
me la engullo de nuevo en derredor de un cigarro
la muerdo para que sepa que soy una cobra
que soy un bravo jinete de quimeras
y para siempre es ahora y ahora es para siempre.