6/14/2008

SU B V ER SIÓN




Reclamamos, esta
fusión
entre la dicotomía y la antitesis
del mono que elucubra
la carnicería de la filosofía
y la omnipotencia
del fetiche electrónico en las melenas
peliteñidas de sombras
y ovejunas
patologías socioculturales de la risa en el esplín.

Me declaro en guerra
con la vida y la muerte: la secta se fundó
entre huestes corruptas de ambas escuelas
revolucionarias y dictadoras.

Estamos unidos en la orgánica muestra
del H tres,
H dos,
OH, y somos el reptil que ofrece manzanas y rompe
el esquema de acero invivible, el asesino, el loco,
el bueno, los malos comprando leche para las hijas,
la culpa, el perdón pintado de payaso
metafórico y circunstancial, los brazos caídos
a un paraíso de corbatas y suplementos deportivos y bataclanas
dignas de la fisonomía de la SS, los puños y las garras
de animales en extinción: izquierdas al cielo, al infierno:
en Chile y en Pangea. Todos
morimos de pie y dormimos
porqué Dios nos deja soñar
que soñamos con algo diferente.

ANOMIA


He pensado en el estado
de la realidad

que no es más
la fotografía o la mirada fija
en el efecto de la luz.

El mundo es un pequeño paramecio
esparcido en la costilla clavada de los hebreos:

rústicos patronos del metal volátil.

Un día cualquiera me conocí en la calle que jamás
vi de frente;
ese tan igual

a la mente d i s e mi n ada de los hijos
pródigos que siempre son hijos
de putas recalcitrantes
y enfermas de cólera emocional y cáncer sensitivo.

El amor a veces me confunde con el borracho
en la mitad de la playa.

El desierto es lo más cierto de la humanidad monicaca.

YOCASTA


Alguien
me fracturó
la imagen, la nítida

perra
sufriente

del ocaso
privado
de su
conyugal hijo nefasto.