10/12/2011


Tengo un universo, quizá ocho:

(multiversos esquizofrenizados por la ansiedad de decir)

en el centro está el equilibrio?

Es imposible determinar el sol que lo ilumina.

Hablar del pasado es decir nombres

es decir que todo ha caído en el arrollo

y su flor está abierta para que la observe imparcial

seré yo ella?

Hay una ilusión dominándome

con forma de cuerpo

un pequeño apéndice visceral que reacciona

a la belleza

espejismo angular que deja

fluir el deseo a su antojo esclavizante.

Tengo un océano por pequeño que parezca

aunque cubra la mayor parte de la tierra que pisamos.

Dónde flotan los ideales estarán las respuestas?

y si no las busco suspicaz emergerán de lo oscuro?

Tengo la dialéctica sobándome las palabras

generando alternativas a posiciones establecidas

y quien determina que yo sea una estrella?

Como mutan las posturas de una nube con los vientos.

Cómo cambian de piedra las lagartijas del destino

cuando el fuego del rayo las acomoda inmovilizadas?

Como en el momento de la gloria me individualizo de euforia.

Tengo la imagen tatuada en la cabeza

en la personalidad esteparia que atormenta y seduce

con mirada de objeto

que disimula su historia logrando configurarla

en un pretérito imperfecto que causa conjeturas ambiguas.

10/02/2011

ERRORES

Los juegos del diablo, payaso vil

cognoscente de los recuerdos impávidos

de una paloma buena blanca,

que se desparrama por el gris de la nube,

se parecen a la película mala

de los hebreos del tiempo,

atiborrados de plástico en el sofá policromático

del confín del hielo

derretido en un subterfugio de una ramera colombiana

en el café del centro,

con sandalias de ecocuero, luchando

por la educación del pueblo que no es

el marginal que roba relojes de oro,

empero, obviamente, en las mañanas del ciego connotan

un asunto que trasciende las mismísimas estrellas,

no conoce de lo difícil que resulta el suelo.

Finjo que tengo la vista nublada, me sirve la borrachera

como excusa, pero claro estoy de la miseria del mundo

que se arrebata como una flor de espectáculo de gamberros.

Si el diablo es la tentación de mis dilemas no entiendo

como puede ser tan flaco y olvidarse de mi ropa,

de mi equipaje, de los pejerreyes que adornan

el pobre financiamiento de mi algarabía.

Los días pasan como si las polillas

estuvieran en el abrigo de la madre de los pollos

que son las mismísimas angustias por las que desvarío.

No puedo dejar el futuro, prefiriese duro seguir

en el polvo con cristales en fila india

adornando el vidrio de una mesa ajena

llena de la comida de los hijos integrados.

Quien soy yo, ella se hizo llamar dilema.

Pero considero tiene menos problemas

de la felicidad que es

una nueva escuela.

El paraíso de las flores tiene puertas irrenunciables,

parecidas a la religión fuente de todos los inconvenientes

que el hombre es una guerra que busca

paz en los peores lugares,

y considera que es libre cuando se arrepiente.