2/11/2012

“Amada mía adultera, mi gran amor, mi niña mimada”

Pablo Abraira

Apareció en mis ojos de la mente

el último momento

del palacio del infierno,

cuando te arrastré hasta él

como un cavernario coge del pelo

suavemente a una musa y la lleva

hasta el apareamiento en el departamento

con sus rudimentarias palabrotas de cariño

insensato y complejo, difícil de considerar en el sistema.

El último momento llevabas una chaqueta de mezclilla

y las penas en la cara del corazón que no tienes

se manifestaban en tus facciones

como pequeñitas arrugas de los años

cuando sonreías a la fuerza.

Aún no sé bien de qué escapabas tan rauda y peligrosa,

yo sólo quería besarte como perro,

y escapar contigo sin sentido alguno

como cuando los borrachos se mueren al manejar un carro elegante.

Y fuimos abrazados a la botillería del dulce infierno,

creo que te hice saludar a las gárgolas del edificio

que colindaba gracioso con sus caras mortales de caricatura.

Tú te alegrabas de mi estado libertino,

cual las madres pobres de los títulos de su prole miserable.

En cualquier caso, yo sólo quería tenerte

pero con romance, de manera de hacer un sexo ingenuo

ese sexo que se tiene con la madre en el inconsciente,

eso que se parece al amor, la admiración y el respeto.

Sin embrago a la velada de la cerveza de Joaquín Sabina,

besaste el recto frenesí de mi cuerpo,

con ganas tanteantes de volverme loco,

lo hiciste poco a poco

como cuando el sistema doblega al hombre inutilizándole

y embruteciéndolo,

y yo, sólo quería recorrerte por dentro

como un indiana jones borracho en búsqueda del arca perdida

entre tus piernas.

Me dijiste –hazlo por atrás-

tres palabras que hacen explotar una piedra

endémicamente cual si tuviesen alma esos minerales.

Te follé y me follaste dos veces antes de dormir,

al otro día se decía el futuro de la patria

y yo jamás te volví a ver,

hasta que mi estúpida madre incinero nuestro amor para siempre…

Estoy lleno de fantasmas, y tú

de voces, yo de exilios lejos y cerca

de serpientes más venenosas buscando

una mordida llena de lagrimas

de vida como un nonato contento

en su levitar en hister a punto de escapar un rato.

Alas prestadas en forma de dinero

disfrazado de dinero y psicotrópicos

buenos aliviando el peso de los fuertes

con los ojos demasiado abiertos.

Pero cómo? Como es posible viajar sin los ojos

con las cuencas de todos los cráneos huecos

del público circundante sin mirarte en el espejo:

la realidad paralela donde el sueño sueña su realización

en la fiesta. Y pobre, así, me fui a recorrer la ciudad del mundo

nuevamente, su noche, su esplín,

comenzarán los círculos para que yo evite la profecía

esta vez tengo cartas bajo la manga

bajo el ala unas plumas de fuego manufacturadas

en el centro de América miserable.

Espero siete cuchillos en el corazón

en la mano para no morir jamás

por ser todos los años y la victoria

será otro cuento de dioses escrito por mí.

BEBÉ


No podría escapar de ella

sus redes son del perfume inevitable

es la última célula, disparando relámpagos,

la de colores psicodélicos

como una patológica mariposa de cementerio

en el estomago de mi cabeza.

Sólo como un recuerdo

mis manos son de ella de piel en la batalla

en la trinchera de seda de una mansión alquilada

en el eterno cielo por las horas del deseo

donde vuelo entre sus alas.

Soy un animal errante en el valle de su ombligo.

Mi lengua repta rauda por el terciopelo de su vértice.

Ella sueña conmigo arañándole su melena

mientras yo sueño de noche

con sus ojos de leche encaramada en mis vaivenes

bramando como una leona triste unas canciones bohemias.

No puedo escapar de ella porqué ha dejado de perseguirme.

PAYASOS


No me importan estos payasos,

la fiesta es la única forma que tengo

para quererlos: soy un altruista,

un animal extinto que aparece

de vez en cuando en el cielo.

No hay paraíso sólo momentos

y quiero que mi vida esté compuesta por aquellos

eslabones de la cadena del tiempo.

Ganaré las flores, no me quejo por esto.

HOMBRES


1: al olvidar el agua el hombre

tiende a subestimar su cama y considera

que nada hay a su favor cuando aparece el paraíso.

2: al conocer muchas tierras

(muchas madres, hijas y hermanas)

y descubrir el nuevo continente, su fervor

se torna torpe y el magnetismo original

lo devuelve vigoroso.

3: al regresar por el estruendo

qué él mismo ha provocado, el hombre

se vuelve dios y divaga sobre la natura.

4:la naturaleza omnipotente

hace ofrendas cariñosas y el hombre

cosecha sus palabras sobre el tálamo deshecho.

5: el hombre es un asesino

por naturaleza como leones y dinosaurios,

basta sólo una flor bella

para que se torne contemplativo y alma.

Imaginación


Ay! Tú, imaginación

para cuando te conectas con el todo

los heridos caen de las nubes irremediables.

Y yo dejé los cuchillos bien enterrados

en una latitud lejana (en Venezuela creo),

pensando en que nadie más será herido

por sus penetrantes filos

pero en mis dedos han quedado

sus puntas traumatizantes

y se vierte sangre de corazones

cada vez que miro en derredor.

MUNDO


Mundo

El mundo: la cama levita de los elevados suelos

y los pensamientos en el pretérito inexacto de la imagen.

Ay! La remembranza hepáticamente muere,

pero muta en una letra como los mintos se cromatizan.

No tienen nombres, son los fantasmas

de los recovecos en los bares de Colombia

aparecen mis intenciones una línea una negra una rosa

encandilada por fulgores aventureros…

No caben los Romanos: sus doce cascos cíclicos que aplastan,

mi cuerpo no es ningún templo, es una patria

completa de corazones rotos.

Mi cerebro está en todas partes

a veces lo miro llenándose de liquido rojo, rebosante

porqué no hay tema claro y todo se ensalza

cual en los hoteles el dinero con los orgasmos.

No quiero perder el enfoque como cámara moderna.

¿Estaría mejor en un bar, llorando?

El sol escondiéndose tras de lo plomo del edificio,

ya no quiero dormir hermano Dionisio

tú has visto perder a los lácteos la configuración original

del último libro, incluso las canciones empañan

el vidrio liso de la frontera del resto.

Yo no quiero metro cuadrado,

la geometría de mi existencia no la conocía Pitágoras.

Cuánto tiempo suspendido fuera del esquema de la cordura

entrando y saliendo a voluntad como un Satanás posmoderno

de multicolores grageas.

El mundo del cero al infinito: las veras

con sabores y las calles del destino,

nunca tuve la intención de cargar

la máscara de cruz,

un cuarto de planeta ha besado mi desnudez.

He sido todos ellos y me extraña la noche,

sin embargo no comprendo vuestro dialecto protervo.

Ellos quieren asesinarme y ni siquiera saben

quiénes son.

Sigo estando por aquí, los aviones de mi química.

Estos monos tienen muerta la cabeza,

el cerro me mira por la ventana

como una enormidad temerosa y viceversa

vuelo hasta su cima en esta: palabra.

La naturaleza tiene su propio sistema de armonía

no la veo con corbata quemando hojas en la hoguera.

Basta de basura!

Regálame una lagrima!

No temas de la muerte mis gargajos en su mirada.

Los he visto llorar por la herencia nonata

toda mi casta se conforma de hermanos

un visionario incluso cuestiono el discurso de la esquizofrenia

pero hablo mejor de la contingencia de las botellas

abiertas como mujeres.

No serán mariconadas del porte de un buque

leal es la sentencia en la balanza única de la vida

todos los besos están hechos de caramelo

guardado con una letra la princesa de su nombre inolvidable

el alcohol ha diluido su esencia mil veces,

estoy de espalda en el asfalto contemplando

nombres como estrellas.

¿qué será de ella?

¿El amor quizá la habrá encontrado?

Masoquistamente alago los besos ajenos.

Ay! Deprímeme por favor vaso mío!

Soy demasiado feliz

siento una pena enorme por el mundo

qué sigue girando en su cósmica rutina.

27 junio 2010


27 Junio 2010

Bebo solo en un bar de Lima

el limón se derrite sobre los hielos

ardientes del piso espumoso.

Miro hacia el monumento de Simón Bolívar.

Hace frio en mi alma.

les femmes


No quiero, otras veces,

que el alma me partan sus rayos hermosos.

Oh! Mis damas, si tres veces les rompí

las ventanas no fue la intención de la piedra

de mi corazón

y guardé el jirón y lloré en la alforja.

Me resulta triste la grieta magnánima

no quiero ver al alma escindida de navajas,

no me hablen de nuevo de la nada que tengo,

vengo vestido de luto, de la fiesta de un viento

que trae un sueño diferente a las tierras

nuevas que piso cantando.