12/29/2012


Cuando vuelve a la cuna moisés antisemita
agarra un pez y chupa un escupo salado
desde su mezquita imaginaria. Intenta llorar
pero nadie jamás escuchará una queja en el río negro
de la soledad del pasado aturdido,
mas es imposible que una simple guagua
sepa el contexto de la entelequia existida,
y todo culmina en un mero abrazo,
cual la luna veía las manos acariciando una sucia
marcha por la vía  incorrecta de la convencionalidad adquirida.
Cuando vuelve el salmón al río en el que nació moribundo,
 miles de osos negros intentan contratarlo en sus empresas mustias,
privadas y pervertidas, sus leyes laborales y sus platos
quebrados por la mitad injusta, ingrata, cochina;
pero el sabor de la corriente hacia el infinito suele salvarlo
                                                                      y lo lleva hasta la orilla
que solamente le ofrecía un sol de verano.
Cuando vuelve  a ser de día la noche ha acabado
con la cordura de la vigilia anterior y es mejor
la norma del crepúsculo que el meridional en la fábrica,
el sol por la ventana…
Cuando regresa la luz a la casa abandonada,
 la fiesta es inevitable de sol a sol…

12/24/2012

La Triste Difamadora


A veces, se cae el sol de otro universo
y por capricho busco en mis dolores
un bisturí color rosa que me recuerde que sé volar
por sobre todas las cosas, me gusta leer los reclamos,
travestidos de poesía, tan unilaterales
                 del despecho de su alma vacía.
Disparar sin respuesta es propio de los soldados
de plomo mutilados, llorones y mal criados.
Saber que anhela tanto ponerme de medalla
entre las alas de su seno todavía,
llorándole una gota de metal liquido en el abdomen,
pidiéndole limosna con las manos amarradas al catre
y grabarlo en una cinta de cromo
y por sobre todo que la trate como una reina déspota,
lamiéndole los pies y todos los vértices
en una loca orgía de fracasados y perdedores.
Saber que le hace creer a todo el mundo
que salió del infierno cojeando
para intentar vengarse de la vida,
que sobrevivió a la putrefacción,
que yo era el diablo que la mantenía cautiva,
que le robé toda su belleza, partiéndole la cara
contra la muralla que separaba la vida de la vida.
No obstante Satanás no se parece en nada a mí
(salvo la barba de chivo y una verga gamberra).
Me gusta saber que existen insectos decrépitos
y delirantes que la abalan y la celebran,
que exacerban su esquizofrenia que suele proyectar en mí,
mientras la proyectan ellos en Ella.
Pero me gustaría aún más que supiera
cómo es la cara de la felicidad:
morena, con ojos claros y dientes perfectos,
cómo es el éxito: el reconocimiento,
tocan a la puerta para estar a tu lado en una fotografía,
cómo es el amor, el derroche, los viajes por el mundo,
por los mundos, el amor, la hermosura, la cultura, la lucha,
el respeto, la seguridad… la riqueza, los paisajes sublimes,
la familia, la casta, el clan.
Me gustaría que alguna vez conociese a un verdadero Padre
para que alguna vez deje de gimotear… 

Llevo años tras la ventana,
golpeando mi cabeza con el huracán de la vida,
que lleno de basura gira
en derredor mío,
golpeándome con los tejados,
metales, papeles y quimeras,
mirando como un ave de rapiña, desde el barrote más cercano
al cielo de la jaula,
como afuera todo se mueve
a un ritmo frenético de una música maldita.
Yo amo esa belleza que se refleja en los charcos,
sobre todo los capilares azules que llevan
al mismísimo corazón de la muerte.
La nieve
el acido
el vapor
el gen
ansioso traspasando cada pared es lo mejor.
Me desconecto, tengo una clave
para levitar y desdoblarme,
pero nada es lo mismo sin la carne…
LA CARNE, LA CARNE.
Madre- hermana –hija-
tierra: más compartida que prometida.   

12/16/2012

El corazón sabe dónde parar
una bandera negra que indique
autonomía absoluta: ni dios ni amo.
Las tierras baldías de las que dueño soy
nunca valdrán la pena morir como perro,
pero el placer es excelso y flotan las neuronas
en pompas alquímicas pulverizadas en la selva.
Camino por el inmenso callejón de la primera mañana de Santiago,
saber que sobreviví a los letreros de las tiendas
hace que no me importe ni Parra ni Huidobro,
ni Neruda ni Mistral
( quizá vea en la calle a De Rokha a Lihn
o a Lira
y siempre me follare una pelirroja en su honor).
Compro una sopaipilla
y nada tiene que ver con una reivindicación de los piojos.
El glamour de la ciudad hace amar el individualismo:
es sólo que no creo en nadie
y la pobreza me exalta cuando juega conmigo
en la vereda pidiendo
o un crédito en el restauran
o las postergaciones ingratas
o las cuotas de la universidad.
Y los grandes imbéciles que siempre ganan a costa de los demás.
No hay necesidad de que yo mismo les prenda fuego.
No existe necesidad de que mis hijos violen a sus hijas rubicundas,
la propia vida llena las calles de virus nuevos
y el miedo les chorrea de los ojos llenos de signos peso.
Yo estoy convencido de mi victoria
me lo dice mi libertad que fuma cigarros sin la necesidad de fumar.
Te lo dice mi cara ignorada tantas veces hasta llorar.
Te lo dicen mis ganas de que todo cambie: de matar.
Tus ovejas ya no sirven para nada
salvo para parir a los cuervos
que te comerán los ojos mientras ardes
en la hoguera de la rabia del pueblo
porqué cuando tú menos lo esperas
yo  estaré sentado observando
cómo tu palacio se cae y gimoteas como Magdalena.
Ya no tendré nada que decir:
                                                              mi biografía es mi mejor poema,
tú puedes chapotear en la mierda
y nadie recogerá a una abuela.
Tú puedes desfilar delante de la elite
y nadie comprenderá tu pena,
tú podrías morir y resucitar
y jamás la historia conocerá tu nombre.  

12/01/2012


¿Qué sería del poeta sin los narcóticos adecuados?
Abordo un taxi al lado del río,
al borde de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile,
dos palurdos intentan asaltarme. Han quedado inválidos para siempre
y yo sigo con el fajo de billetes en los bolsillos.
Voy directo a una emblemática población.
A las pagodas de la antigua resistencia al perro pinocho.
Me reencuentro con mi hermano Germán,
lo abrazo fuerte y lo beso en la mejilla.
Está con su esposa y su hija.
Me excuso por mi aspecto de constante bohemia.
Juego con la niña en una montaña de arena.
(Están construyendo un estadio!) Nos ensuciamos bastante.
Converso con mi hermosa cuñada sobre la posibilidad de montar un negocio.
Cae la noche y con ella todo lo que significa
para sibaritas como nosotros.
Visitamos el hogar de viejos punks anarquistas.
Que hermosas son las familias libertarias!
Los hackers, los incendiarios, los okupa, los RASH, el FPMR y el MIR.
El alcohol jamás se acaba.
Converso con una rubia bastante particular.
Me dice que su fantasía es asaltar un banco.
La interrogo al respecto y le encuentro la razón.
Si fuese un hombre soltero probablemente
me hubiese quedado con ella hasta el éxtasis,
hasta que jamás se olvidara de mí.
Pero prefiero drogarme y bailar
con unas mocosas insolentes.
Regresar a la adolescencia sin que nadie me juzgue.
Este paraíso abstracto es lo mejor de la historia
y mi biografía,
es un premio que se ganó mi devoción revolucionaria.
Estoy realmente loco.
Pero a diferencia de lo patológico que le resulta mi conducta al vulgo,
en donde estoy, todos me aman y juegan conmigo.
Me regalan la libertad de ser todo,
algo que no está en ninguna parte.