12/24/2012


Llevo años tras la ventana,
golpeando mi cabeza con el huracán de la vida,
que lleno de basura gira
en derredor mío,
golpeándome con los tejados,
metales, papeles y quimeras,
mirando como un ave de rapiña, desde el barrote más cercano
al cielo de la jaula,
como afuera todo se mueve
a un ritmo frenético de una música maldita.
Yo amo esa belleza que se refleja en los charcos,
sobre todo los capilares azules que llevan
al mismísimo corazón de la muerte.
La nieve
el acido
el vapor
el gen
ansioso traspasando cada pared es lo mejor.
Me desconecto, tengo una clave
para levitar y desdoblarme,
pero nada es lo mismo sin la carne…
LA CARNE, LA CARNE.
Madre- hermana –hija-
tierra: más compartida que prometida.   

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