1/13/2007


ALBA RECTA


Las espaldas corren y lluvias sobre ellas repercuten
como si las buenas intenciones de escapar
en un abrazo que se descoyunta, y ama, no existiesen.
Y dios ríe al contacto del hombre con el suelo.
Y los pájaros escupen en señal de humillación.
¡Que triste es la vida y la muerte¡¡
de ese individuo,
de esa mujer,
de ese extraterrestre osado que recoge líneas de la superficie,
que siembra líneas en el cielo y que las devora desde su rostro de vidrio
desesperado como un hambriento
soñador que jamás puede dormir.
Una vez aparecido el pálido fruto de los matraces,
las telefónicas señales de un humo discreto y negro,
se vuelven aquel cardumen extenso
que tapa las venas del mundo como una enfermedad del corazón
y las narices flemáticas.
Mariposean mil hálitos al son del júbilo,
del silencio de la inmortalidad y sus mentiras de siempre
o las mismas mierdas con mosquitas de colores.
Muchos golpes recibimos en la cara
de la vida,
mas a los monumentos no se les magulla.
Se caen viejos muros mientras se alzan aún más viejas paredes
en las habitaciones,
crece el asfalto de la piel en el baño,
silencios absolutos que carcomen todo recuerdo
como un mar huracanado que arrasa con lo nefasto
y a su paso con todo lo mejor que tuvimos,
con lo que quizás jamás tendremos.
DESENCADENAMIENTOS DESENCANTAMIENTOS

1

Nadie se avienta
sin que le sigan,

nadie acorrala
sin escapar

y faltan las mantas invisibles
que en ocasión medieval fueron amparo

tierno y calido como las rocas del Walker.

Los codos se besan con las barras celestes

los ojos colisionan con disipados
atisbos de parroquianos anónimos.

El hombre y la mujer se preguntan
sin voz ni pensamiento:
¿Cómo llegué aquí?

Taxis, colectivos, micros de colores
donde todos los fantasmas lloran sus amores.

aviones, pitos, cigarros de venganza
donde todas las almas buscan esperanza.

2

Ella de gran boca
los refinados y pequeños dientes exhibe
al galán de la noche que la sigue

con el sequito de los beodos erotizados
como los canes
lengua afuera
que intentan ingresar en la chucha
que promete días después de hoy.

Ella cautiva con clara misión
acostumbrada a seguir de largo por la supervivencia
en el pequeño box donde se regala sida

gratis, además de subir el autoestima de Dios
y llevar al ego del orgasmo a un clímax
muy disímil
a los del pie del camastro,
el letargo adjunto va
en el estrecho baño.

En el hogar espera la dama de siempre,
al habitual esperpento que carece de inhalación,
con sus lagrimas rebeldes que darán otra vuelta
en derredor de diciembre
cuando la vida esté muerta
y ya nada importe más que la represalia.

3

Noche, por más que corren
noche porqué siempre se salen

los enanos bajo los faros que emulan luz divina.

Noche benigna, noche como la silueta del gato en la cima
del monte brillante de la vida viscosa

que recorre múltiples cervix, gastados fornix violetas,
salinos úteros que dicen adiós y hasta nunca.
Con pasión digna de terroristas y samuráis.

noche para todos y para nadie;
quimeras y lagartos se abrazan en la discoteca.
se besan, se miran profusamentecomo asumiendo que fue la última vez.
ETIOLOGÍA

Mamá no vio al mocito
descuidado en la acera

y los balones de fútbol plástico que volaban
por sobre las rejas afiladas de vecinas
en departamentos de sangre.

Las muñecas de carne que jugaban a la cocina,
al equino de ónix, de plata y de oro.

A veces la leche tenía millones de archipiélagos
blancos, albos como los ángeles y su magia.

¿Qué se aprende en las escuelas
del paso bajonivel, las escuelas del regato techado,
donde reyes sin halo de sol profesan que nada es lo que parece?

Pasan años corriendo frenéticos
por las aceras de siemprejamás

o mejor dicho, pasan los hombres
caminando sobre vidrios de colores,
nítidos colores derivados del azabache y el marrón.

Unos caen de rodillas desesperados cual gaviotas,
otros construyen casas, capturando segundos en artilugios dolorosos;

pero sólo algunos pelan cables divinos
que conectan con la tierra su aliento.

Almas vivas que aún yacen en pena,
tristemente alegres gozan en la frontera
de todas las dualidades humanas.

En esta fauna que es invisible y tiende a empapar las sombras,
noctívagas presencias salvajes juegan a la muerte
y a la vida a medias,

mas las sonrisas que se proyectan sobre cadáveres distinguidos
en ocasiones, más de alguna vez, regalan amor, belleza, savia y visión.