2/11/2012

BEBÉ


No podría escapar de ella

sus redes son del perfume inevitable

es la última célula, disparando relámpagos,

la de colores psicodélicos

como una patológica mariposa de cementerio

en el estomago de mi cabeza.

Sólo como un recuerdo

mis manos son de ella de piel en la batalla

en la trinchera de seda de una mansión alquilada

en el eterno cielo por las horas del deseo

donde vuelo entre sus alas.

Soy un animal errante en el valle de su ombligo.

Mi lengua repta rauda por el terciopelo de su vértice.

Ella sueña conmigo arañándole su melena

mientras yo sueño de noche

con sus ojos de leche encaramada en mis vaivenes

bramando como una leona triste unas canciones bohemias.

No puedo escapar de ella porqué ha dejado de perseguirme.

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