6/24/2007

VALENTIA

Yo no temo, progenitores como águilas
miran desde lejos como repto
por el cuero de una sinsentido
alucinación de gloria y dormitorio.

Yo ya no temo, sólo me inclino
sobre los bordes, ahora camino
con la boca como un beso,
considero que tus alas me quedan un poco ajustadas
y no combinan con mi traje negro,
gastado y bohemio como la risa y la soledad caliente
como puta sincera,
como madre de calendario en la bodega del arlequín…

Ya no le temo a la oscuridad,
de hecho, me fume un cigarrillo bien lejos de las estrellas,
incluso un día dormí como si nada…

Ya no le temo a los fantasmas tuertos,
ellos me han celebrado casi todos los cumpleaños,
por cierto que les agradezco
obsequiarme la locura,
escribirme un par de sonetos
con impecables letras del único diamante
que me ha amado de verdad
sin dejarme contando el vuelto
en la mesa del bar que es mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Le temeras si a la oscuridad si esta estubiera en la mesa de tu vida, a la oscuridad de la palabra opaca, del silvido del oscuro insulto a la oscuridad que recubre el epicentro de tu angustia, gusano el brillo de tu letra ilumina la salida aun te faltan los portales.Ambar