8/24/2007

A UN SUEÑO

Ella le descuella
la bestia embobada
que brama al espacio,

donde él va despacio
por las carreteras del esplín,
besando sus recuerdos
que más son entelequia del día
en que ella en estrellas
confundida y fundida
en el deseo pueril de él siendo fiel y feliz,

le bese y le diga:
“quédate conmigo en esta ánfora de paz,
que parecida al más hermoso mausoleo,
será la siempre deseada final mansión,
donde te chuparé las magulladuras del corazón
reventado
que me has regalado,
tan humildemente y por amor”.

Ella espera sin encontrar la razón
de aquel ingrato de frío trato
para con los habitantes de un tártaro cualquiera.

Mas ella recibe contenta las quimeras
doradas y de ónix
atisbado por filósofos anacoretas
que beben cerveza en la plazoleta del pueblo.

Ella le dice:
“no lo recuerdo,
no lo encuentro muy cuerdo
y más bien me hace experimentar la sensación
del niño encerrado en el castillo
que no conoce del sol
ni el más mínimo brillo”

Él quisiese tomar el jugo de sus manos
y aferrarse a su cintura como al cadáver el gusano.

No hay comentarios.: