6/03/2010


"Yo sigo con la frente en alto/ aparto a los lagartos que sólo andan hablando weas que yo descarto/ en mi cuarto hago temas buenos./ En un sueño que a veces tengo/ estoy caminando por un desierto /imaginando que estoy muerto /pero qué está pasando que estoy soñando /que estoy despierto, /ahora mis viejos me tienen hablando con expertos /unos psicólogos estudian lo que estoy pensando en cada momento, /dicen que soy una amenaza pa´ la raza humana/ mis teorías se basan en dramas internos /estoy más enfermo que los que pasan en cama /esa es mi fama /y vean como aumenta /una explosión nacional Chileno /como los prisioneros en los ochenta /la pulenta, todo aquel que no lo piensen se creen expertos/ pero a las finales ven la mitad del mundo que veo yo /igual que un tuerto." (soldao Sean)


Me he dado cuenta que he pagado

de nuevo con el oro que falta,

otra de mis noches solitarias.

Después de tanto jolgorio mi melena se torna

del color de aquella tenue nevada

e igualmente recito el ensalmo de la soledad

sobre la oscuridad vacía de esta hoja en blanco.

Nadie me mira, no hay palabras

salvo estos lóbregos bosquejos occidentales.

Cual lo muerto, seré mi amigo propio

con el tetrapack chistoso y los volátiles fantasmas

de mi garganta constipada por el frío interior

de mi cuerpo después de la batalla,

pues no necesito de la voz en este momento.

Hemos ensayado con las alas del vuelo

una forma sublime de ser infinitos

y quisiésemos llevar con nosotros a los cuatro mil

contertulios idóneos y a una perra abandonada

y a dignos enemigos para jugar a las dicciones.

Haremos un bar de todos los géneros

con todos los destilados

fermentaciones de la tierra prometida.

Y sin dolor, en este contexto, las estatuas de hielo

danzaran las canciones de vetustos soñadores.

Le he ofrendado a la misión esta psique

y este soma disgregado entre el cielo y el infierno

para ser el factor que le incrementa la plusvalía

o el catalizador bioespiritual que rompe

enzimas sobrenaturales en pos de los cuatro vientos

y las mujeres abiertas.

Todo para mis hermanos que chocan

contra la pared de la realidad marchita

pues a pesar de lo bien que me sientan los cristales

en las mejillas, las lágrimas son para las montañas

que brillan y lloran hermosos riachuelos

donde el agua es pura y la pena se quita.

No seré ni el general ni el soldado de esta trifulca,

con mi caja de sorpresas, mi Zaratustra

y la docena de colores fundamentales

que aseguran la imago difusa.

Haré un lugar templado para habitar con mi hembra

mis cachorros con los tesoros

y todas

y todos

los que quieran escapar de esta feliz miseria.

Para eso me entreno en los sombríos callejones

delincuenciales y turbios, estafas y epifanías

para eso bebo las clases del diablo invalidado,

para eso regreso solo a la cresta

de la tristeza dócil cumbre

y recorro espacios indocumentados

tal cual la punta de mi lápiz se desliza.

Me empeñado en representar la existencia,

en vomitar la lengua estructurada,

en amar las posiciones moriscas

de todas las clases, razas, sociales,

etarias

y

una

que otra

ninfa adoradora

de úteros

generalmente olvidados,

en ser el mejor de los hermanos cómplices,

el mejor de los oídos éticos,

el discípulo y el maestro de ciertos paradigmas etéreos,

en ser todo y nada

alternando las esencias

hasta generar altruismo

: soy asceta!

Sé que la verdad está en el fondo

de alguna botella

y no es vicio el afán del antropólogo,

si pudiese transmitir el ímpetu, dios

también estaría riendo en los círculos concéntricos

del humor negro.

Pero la fe del hombre es la negación de la verdad,

la fe del hombre es la estupidez que alimenta

con libros aburridos

la fe

del hombre

se aleja de la vida

cual si seguro fuese el patio trasero de la parca.

El paraíso es éste,

sólo falta subirle la falda

bajarle el pantalón

hacerse dueño

del devenir sin plásticos ni patronos,

tomar de las manos las propias alas

y volar

por donde el espíritu genere capricho

y reviente la pared transparente

de lo que los demás esperan de nosotros.

Me piden un millón de abejas

y los zánganos vuelan en mi derredor

haciendo el trabajo limpio

de todos los hombres tristes.

Debiese la reina estar en mi cama sonriendo

pero duermo más solo que el sol

de la muralla transversal y lógica

del mar lleno de promesas de mañana.

Ay! de mi corazón: él no conoce

las puertas que llevan al final.

Por qué la pesadez del amanecer siguiente

hace sangrar mis ojos, soy diferente

pero igual a los que hacen la torre

que pretende llegar al cielo.

Veo en mi casco de guerrillero

el blanco del destino en la noche,

se me caen los zapatitos del bolsillo

sigo en la carrera que todos abandonaron

el día de la bestia coronada en la nada

mis calaveras se escondieron

en el cuarto de mis padres y mis madres.

Y qué digo? yo nací el momento del viento

nonato, estepario, huérfano, desamparado

en mis pasos está dibujado el tormentoso vuelo

de un animal extinto los domingos por la tarde

soy una gran bolsa negra de basura reciclable

y voy al cine solo a las vermouth de Magdalena

mirando a las hijas preciosas y rubias

del pretérito imperfecto.

Es mi culpa el último bar abierto

una que otra pelea en los cerros

donde el guinca muerde el polvo del resentimiento.

Los gatos se acercan a este tipo de aparatos

y danzan elásticamente la festividad

de un sol menos amarillo que los ojos del emperador.

Las playas mojan mis herraduras oxidadas.

En el compromiso no considero la mano de obra

como los dedos que apuntan una ramera en la avenida.

Mi vida está perdida? No! Está celebrando

y pocos conocen la dirección de su verbena

al lado de unos libros y una religión muerta

en la esquina de los quánticos deseos

de alquimistas con olor a hoguera.

El hombre es un animal misericordioso,

el hombre adora al hombre y a la natura;

no os confundáis con el negocio

del ciego:

He visto a los protervos que ponen sus garras

por delante de vuestro atisbo

y ellos son los que cenan los domingos

y ellos son las palabras

y se niegan descaradamente

a compartir la carne del cordero que se asa.

Ellos son los viajes por el mundo

y conciben groseros y computadoras

y futbolistas y modelos y periodistas y médicos

y abogados y diplomáticos y alumnos

para alimentar

a su descendencia circularmente lucrativa.

Yo no culpo sus intenciones

mas asesinaré las metodologías que niegan la vida

en pos del veinte por ciento,

que merecen este disparo que hago contra sus sienes.

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