6/05/2010

Jasmín


Me basta conmemorar un par de fragmentos

el cielo y el alba

de tu lencería felina.

Así me distraigo en un punto exánime

que petulante refleja el rostro carmesí

de tu hálito en mi cerviz.

No hubiese sido mi sangre vertida

y yo caído elucubré en mis apéndices la gloria

nonata del desplome en el muelle limonado

y las membranas de fantasmas

leones de lumbres distantes.

He bebido en tu boca suaves almendras

soberbias despampanantes que me erigieron

en todas las camas. Hay un bálsamo de hiel

en el aroma de mis falanges y cuando huyó

al cementerio mental acorralo de nuevo

la gloria turbia de tu personalidad extraordinaria.

Acostumbro el sonido de las hijas de nadie

mas tu sorpresa es rosada por la parte inferior

del pretérito indeterminado,

todo tiene solución

en la algebraica melancolía

y por eso serás mía nuevamente

y nuevamente.

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