6/04/2010


Provengo de oscuros vientos

que pintan las historias

de blanco y de negro, sin matiz

como los imperios sangrientos

que muertos atormentan

con sus fantasmas violentos.

Sin embargo la mañana tiene

escamas coloridas

y seré el matiz vago

de la violácea expectativa

en derredor del cuello del lobo

que aullara frente al espejo.

Quisiese también vaciar mis capilares

de patrañas, no tener familiares

antes de yo y ella…

yo nací sin estrellas sobre la pesebrera

del Mapocho.

En los cuentos de mi bruja hay muerte

y desolación,

pero soy una rosa cromática

que regala pétalos rutilantes,

soy amigo y amante

y guerrillero y hermano.

Le haré los gritos tremebundos

a cada uno de los cuadros puros,

a sus puntos enlazados

con el viento del bramido visible,

animales confundidos parecerán estos sonidos

serán la expiación de paranoides marejadas,

para seguir muriendo en la carrera

del oxigeno asesino,

limpiándome las rodillas de sangre y mojoncitos chistosos

con guaipe manufacturado con los vellos lúbricos

de las cortesanas del asfalto.

Seré el malo de la película salvaje

con la sed de la justicia

y ganadores y sumisos mearan las copas

del año nuevo siguiente.

Todo esto tergiversado en la tarima de la mente

patológizada cual un huracán en una botella

esculpida con un grano de arena negra

resistente como guerrilleros de piedras

inmunes al exilio de la historia y su ceguera.

La misión es tan clara como los charcos de petróleo

que emergen detrás de misiles

que silban marchas socioeconómicas.

Hay un mapa perfecto dibujado

en los cachetes de un arcángel,

lo he buscado infructuosamente en los suburbios

de la tierra prometida.

Sé que en los mausoleos se comenta el devenir de Pavlo

mas mi quimera está exhausta

y se llena de parásitos en las escamas.

Navegamos en el mismísimo holismo

configurados con las lagrimas.

No han nacido aquellos niños pero las rondas son infernales.

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