6/24/2010

IN FAN CIA
Hay habitaciones del ocaso
y la puesta del sol que el dolor no deja
abandonar en la mañana pútrida.
Ahí están los niños bailando
con artefactos indómitos
y las madres con unas cadenas de chocolate
y otras chiquillas fastuosas,
esperando espontáneas.
Ahí están los océanos de emociones
sin diques aturdidos
y los colegios municipales abstrayendo
la exclusión de roca futura.
Este paisaje se nomina “la niñez segura”
y este horizonte ficticio
es de sólo algunos
que venden el culo en las subastas del infierno.

1 comentario:

sofy dijo...

Un mundo que se ve alejado, pero que está más presente de lo que las personas lo creen