4/07/2008

¿Cuál alma? Ha devorado un cuerpo. Y los hombros se le han quebrado en pedazos notorios que hablan de fracaso. Pareciese que no está en el lugar de aparición, que los arroyos se quemaron en el hielo del escape: sin oportunidad es la clase de punición donde soberbia y despilfarro abren la cumbre de la soledad de siempre. No creería ella en los fantasmas que son realidad mientras florece la melancolía dominical y ya nadie escucha el eco de las preciosas palabras que el amante ofrenda a los cosmos de su cabello ficticio. Mientras las copas se desasen en el miedo de los cigarrillos más dulces, de la caricia que falta cuando lagrimas ahogadas desaparecen del rostro e invisibles golpean el aliento hasta el último sorbo, suelo extrañarla imaginándome que es otra mujer, una mujer mía como la pena y la nada. Probablemente la luz de sus ojos jamás ilumine las fronteras del futuro de la mezcla entre nosotros. Si, estoy cada vez más muerto de la sed, más lejos de la casa del mar, más debajo de los pies del espasmo, no se vislumbra el faro en el sur de la mentira sobreactuada. No puedo esperarla en este velero violento que se aleja cada día de la isla de su ventura, no puedo seguirla en estas dunas bulliciosas, en las cuales cada paso hace retroceder hasta el punto dónde ella no existía; no puedo mirarla fijo desde tal lejanía, ni el viaje de la estrella haría recuperar la orbita vencida en soberanas equivocaciones. Yo creo que jamás existió tal evento en el tiempo, los sueños suelen decirnos cada noche que son sólo eso. El ácido del pensamiento que derrite las entrañas de la conciencia más noble produce un dolor fantastico que no está la palabra que lo describa (..............................................................................)nunca me aspiró: ¡I know!, el amor es una de sus muñecas de plástico mirando por la ventana los autos circular en la moda. Ya no vale la pena la pena de la pena. ¿Cuál alma?

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