10/11/2007


*HORROR VACUI


Te digo muñeca, con números largos:
mis lagrimas noctívagas empapan
los nidos (míos y tuyos, de ayer y hoy),
cuando tu espectro entona esas infieles promesas.
Me escuchas muñeca, con ansia asesina
y unas cobras bien envejecidas
resuelven los fallos más irracionales del día,
se anteponen unas quimeras transparentes
a cada saeta que expulsa tu corazón,
mis huesos de polvo convertidos en cascabeles escandalosos,
las fustas esbozan mapas en mi lomo
y las lunas aúllan a los lobos hambrientos.
Juntos escuchamos, te digo muñeca,
las impresionantes fabulas de la historia de la humanidad:
los imperios de sol, las guerras de las galaxias,
juntos escuchamos cantar a los cóndores
y ladrar a los vecinos, maullar a tus orgasmos
y silbar al humo mustio en la ciudad de los Cesares.
Sabemos por cierto, te digo muñeca,
que la vida es difusa, como sueños cualquiera
y que en nuestros finales siempre dice:
“…y vivieron felices para siempre”.
Estos cementerios, te digo muñeca,
no son habitados ni por el más muerto señor.
A lo lejos algún suspiro de plasma
recita un poema con mala ortografía,
pero estos cementerios, te digo muñeca,
están tan vacíos como mi mano sin la tuya.

*(Terror al vacío)

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