11/23/2006

αποκαλυψις

“Entonces oí desde el templo una gran voz que decía a los siete ángeles:
«Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios».” (Apocalipsis 16, 1.)


1.

Del primer dispendio
de su melena que no cae,
infiel la perra que brama
a la luna y al astro al mismo tiempo.

Y chillando y jurando
con recelo que el cielo está bermellón,
que los ojos son el rosetón
y que el altruismo de la prisión es el futuro
del amor,
del amor que no tiene germen.

Así de dura cae prematura en ilusiones
de flácidos apéndices que escupen nieve del infierno,
suaves eminencias que reflejan en el arroyo
el sabor prohibido de la pureza en expresión exacta.

Sabe a miel, sabe a mal,
a diminutos vellitos que sobresalen del monte
y a ensayar cada día el aire de otro cosmos.

Sabe profundo y calido cual el final chorro exagerado,
sabe a pasado.

EL DERROCHE
con su caricia y la última ola del iracundo dios
que en el blanco vientre le alojo
una loca María Magdalena.

2.

El brillo seductor
de viejos recursos antropoides
que provoca sangre en el mar
y vino en las venas

de la muerte que espera serena
el metal
es amor y su boca en aromas a frenesí

sobre un tálamo exótico y negro
donde se hundió cual en las arenas
de un desierto
corazón,

donde le vapulearon la razón
los mil amantes anteriores.

“Que me tomes y no me toques”
era la premisa de nuestro encuentro
en donde interfectos unos cuerpos
se friccionaron contra el silencio

en espectáculo directo contra universos selectos
de la mejor temporada para la vida y las flores.

Todos los pábulos convergían a mí
como si el líquido elemento cogiera cada anatema escondida
y sus sidas y sus canceres,
complacieran la vida.

Muchos de los iconos
que decoraban majestuosamente el templo sagrado
se durmieron y callaron
cuando dios medio mareado
tras el ron de los vencidos
la maldijo por su fácil llegada a la punta del cerro
y le envió su cancerbero,

EL ORO
a clavarle los colmillos que inoculan el veneno
de la traición y el llanto
del placer y el parto
inesperado
de otra rubia María Magdalena.


3.

Sin el sello
de la garantía del amor
y el buen día de la completa domesticidad
de cada bestia del madrigal doliente,
a ella la divisaste en medio de las últimas fulminaciones
que le restaban al proceso.

Ya sin la marioneta
para jalar del cabello
se meneaba por los pasillos de antiguos cielos
con un sombrero de copa
y ya bien distinguida.

Le dio de la menta de las aguas
y del ámbar espectáculo

tras la puerta el remate final
del asalto al niño que santo

dejo de ser el querube de la candida actitud.

Desde hoy se llora al príncipe Gabriel
en las aulas del bien y las cataratas de almizcle.

Todo hubiese sido el otro designio del nigromante
si no hubiese llegado tan tarde
al umbral de esa puerta
y al recoveco borroso
de los azabaches destinos del hombre.

Todo respondía a una potente succión del anhelo
del desheredado
con sus labios de carne letal que le borraban el pasado
como la sonrisa el sol.

mas dios en su furia condenó a

LA VIRGEN
con orondas fustas que botaban en su espalda
hasta que la flama de la locura
le cediera una casta y pura María Magdalena.

4-

Y fue ahí mismo
en Roma
donde la pálida ninfa de azures zafiros

quebró las tablas de roca esotérica
contra la natura, bien convencida

de que los días no se acaban
ni cuando el termino reclama un descanso
tras la penetración de la serpiente

disociada entre sangre lila
y amores efímeros que vuelan en el pico
de palomas cojas
hasta un vientre cercano en donde derraman un elixir de argento
y un vomito cruel de adiós para siempre.

En la morada del diablo
(que ya se había retirado del paraíso)
Unos demonios escurridizos de piel de tigre
rana y cebra,
pensaban en la turbia necesidad de sentir el amor
de verdad:
el amor vicio,

que yo le di al precipicio enfermante

EL ERROR
premeditado dos veces en el ayer.

Convirtiese la esclava anémica itálica en gata
bajo el crepúsculo,

sentase en la falda del pequeño moribundo
y en un instante

en que las cabezas colgaban de las paredes
dios la busco entre los esfínteres
de un trasgresor placer,


y le dijo:

“Le pagaras el interés al gusano maloliente
regalándole tus dientes a una sucia
Maria Magdalena”.

5-

Precoz y disipado
el súcubo del liceo,
contorneaba sus facciones dándole la vida al inerte
manto gris de una perpetua huella mnémica,

tomándose la coca cola de costumbre
arriba de un sol apagado mordido y sin lumbre,
que un candil de piedra caliza adornó
tan poco tiempo el túnel rosado cerrado por un fino velo único.

Miles de mozuelos revolcándose
en el suelo de parques que no existen,
desnudos comían perdices
con cacho de cabra

y rebuznaban el placer de sentir
ver crecer entre sus manos
a iracundos enanos de sombrero claroverde.

Si el espejo me mostrara hoy
a la niña en la fila del cambio de estatus,

yo la cogería

entre unos brazos sinvergüenzas
para reventarle el maravilloso globo
de chicle de fruta
que exhibe contenta por ser tan delicada.

Pero otro niño en la mañana
a las 7:00

para ser más exacto,
la tomo del izquierdo flanco blanco
y la derrochó

llenando el encaje de la braga
con una sucia sustancia enajenadora

que no le provoco a ella
nada esa droga.

LA DROGA
donde la mujer ahora no continua

el sendero de aquel dios pionero en la tiranía,
que le dijo cierto día:

“En tu cartel dirá
-buscada para las fiestas-

...............................Maria Magdalena

6-

Excitada por saber
que las uniones se eternizan
en el lenguaje coloquial,

la condesa del arte sedujo al cuervo.

Y en mañanas que este exánime
la dejo vestida de negro, el luto se le compuso
con un frígido vidrio refulgente,

cuando llegó desde un lado del arroyo
el niño narciso,
portando un millón de jazmines color castaño

y le dijo:


eres mi nirvana,
donde todo lo que brilla soy yo
y nadie más que yo
.”

Al observar cada rincón de la ciudad
de los cesares,
se vislumbraba con el reflejo
de millones de espejos manufacturados con estrellas.

Sabía ella que en el pasado
la venganza no operaba

mas debía devolverse a la seguridad
marchita de antemano,

al deseo del poeta bucólico, caducado,

al feto que se desprende del vientre
de la adolescente
en un morrocotudo pantano de líquidos inflamables,

-el amor propio-.

Pero la anciana
ya crecía torcida y abarcaba toda la pared,

necesitaba con angustia poder
creer en Abel
en Luzbel disfrazado de animal fabuloso.

EL MATRIMONIO
con el hombre del harem

que con la mirada clara la dejo atrapada,
todo por la simple voluntad de dios

que un día dijo:

“Cierva serás para siempre,
no serás la compañera de vates insurgentes
como esa olvidada Maria Magdalena.”


7-

Se mira en los vidrios
de martini dry, en una elegante cantina
a la vuelta de la esclavitud

y el servil planteamiento de inútiles
maquinas oxidadas
con los vientos del ayer que no acaba

y está sentada para el diseño obsoleto
de esqueletos de polvo
de diamante sin valor,

es igual al robot que camina
por la vera del mundo,
de los estados unidos,
de Israel.

Se gana el odio de todos
los querubes que raspan los parapetos
de la gruta y jalan

en marfil su propio polvo palo de rosa.

Se gana el odio
de hienas añosas, ajadas, esteriotipadas.

Vence a su madre
en honor a todas las cruces
de cada cementerio católico apostólico,

del mundano horizonte de la crueldad.

Roedora cenicienta color de tirria
que vuela con sus demonios en la cartera
y el chorito,

comiendo la descompuesta carne
de una quimera preñada,

que sangra por una vágina
irregularmente destrozada.

En las calles se bosqueja estos días su retrato.

EL ODIO
es huracán de radio vasto,

es una lisonja de dios
cuando se convirtió en el amante

de una desbocada Maria Magdalena…

1 comentario:

VALENTINA dijo...

¿Porqué me odias tanto?
porqué digo la verdad,
además tu paranoia siempre te ha engañado, simplemente eso,
estas mal y no me dejas ayudarte esa es mi maldita mania, creer k podemos apoyarnos y a la vez potenciarnos pero........nose
tal vez estoy rotundamente equivocada.