6/16/2013

Quisiera no sentir el aliento de un demonio
cuando observo ese oscuro panorama.  Lo sé,
el futuro es una perspectiva más:
si una ampolleta se prendiera, nadie tropezaría.
No me encuentro en este enorme día.
Es ahí, cerca del corazón como metonimia,
como abrazo, donde sostengo un castillo
sobre mi lomo exhausto.
¿Vértigo? Lo mejor sería una caída hacía arriba.
¿Y qué es la culpa sino otra de las deudas?
Usureros que penetran incluso hasta los sentidos.
No lo quise hacer, empujar un muro
con una espada pinchando en la espalda
requiere de fuerza
desmedida y descontrolada.
Si el amor no matara
no sería más que las viles vueltas en derredor de la vida.
No obstante canciones de agonía pululan de sobra
por entre los caminos eternos de panfletos y libracos,
y yo quiero llevarte a danzar sobre esos astros,
esos que el mundo ve desde lo lejos.
Mis lágrimas se han petrificado, sólo me basta lanzarlas
contra los espejos y soñar

que todo cambiara para bien nuestro. 

No hay comentarios.: