9/16/2008

CARENTE AMO

Donde convergen las nadas
sin adaptarse, no es necesario
pensar en el hogar lo sé
más que tú quejándote absorta
de que yo hable con esta lengua
difusa y alquimica de estos sabores
noctívagos e irresponsables pues
no son responsables de otros.
Es fácil confundir-
se, querida
piedra en un mar de bazofia de oveja
vieja y muerta,
mas debes saber que yo puedo ser
del ideal, lo ideal.
Mis marañas son azules
reflejos de lo querido por el mar y el oro
por la foresta y la risa
por cada hija e hijo que puebla
el futuro carmesí del amanecer que soñamos.
Si conocieras la muchedumbre
(la hambrienta…) de mañana,
la que no te espera más.
Para quien eres sorpresa
la parte superior del tiempo bípedo,
la espera exagerada en sublime
paradigma abstracto del devenir
sabrías lo que es la familia agonizando
el valor letal de los cachorros de leones
vapuleados por manos acaudaladas y Judas,
el dolor de una palabra muerta
pudriéndose en la garganta
de un pueblo completo y decepcionado,
el miedo amarillento que alumbra el TV
en la pared de madera.
El mendrugo albo y celeste
de una esperanza caduca.
El sabor de la drogas
cuando saben a nihilismo,
el peso de las deudas que no soporta
ningún héroe con superlativo,
la ceguera autoinducida por el suicidio cotidiano,
el engendro malparido que escribe una absurda historia,
si supieras el valor de este hastío
no pensarías tan mal de mi alma,
sabrías que estoy en extinción,
que soy lo último
más parecido al arquetipo
(de un dios amigo).

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