11/08/2007

FIJACIÓN ORAL


Otro más sedado que el anterior de allá de lo pulcro
y virgen de la menuda selva sedosa de tu pubis,
me comenta que la espera debe
acabar en tu boca.
Ya que tu boca es mi trono de género de carne,
definido en lo elegante del sabor del calostro púrpura antiguo,
del asfixiante dorado blanco y bruno
de tu calor parcial y sensual, que ahora también es mío
lleno de la simbiosis original de cada uno de los pecados amatorios.
Pues es tu boca la meta, metamorfosis circular de un deseo
perenne de gozo sólido para rozar mis convulsos espasmos,
locos chorros de vida pálida soberbia , de replica frustrada
por omnipotentes jaguares en celo que atraviesan el dique de estaño
de la decencia y sus tijeras oxidadas de abstinencia.
¡Si! Tu boca le sirve a las inmensidades holisticas de animales paraísos,
sabe del manjar de cómo sabe todo lo dulce,
lo ácido de lo perverso que su lengua igual implica,
porqué tu boca lo sabe, sabe a todo lo que deseo.
Yo canto en tu boca y resueno como un quejido de gato involucrado,
retumbo en silencio secuaz cual una marea de aleteos de hada perniabierta
yo sueño en tu boca cerrada, me la bebo a largos sorbos en la rutina de las buenaventuras.
Porqué yo bailo en tu boca llenándola de mi sangre,
de todas mis sangres azules y sus múltiples variaciones del amor puro.
Yo amo a tu boca, por qué eres tú
porqué soy yo dejándome levitar en electrónicas praderas de orgasmo.
Yo amo a tu boca, yo la deseo siempre en la ropa,
en la vestimenta erecta de mi alma tuya.
Yo amo a tu boca de niña mimada, amo a tu boquita triste.

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