12/05/2006

ODA AL HIELO

Me encanta
como flotas piedra de agua marfil

en aquella solitaria prisión de cristal acedo,
me encanta golpearte contra el universo

entre las manos albas
de aquella rubia noble
y ver como repercutes contra mis labios

de viejas destilaciones egipcias.

Y es que cuando semejante espectáculo se nos muestra tan desnudo,
las solemnes opacidades que envuelven a las saetas de oro,
nos brindan, cual relojes que giran al revés
contradiciendo a Cronos

y sonidos que se ven del color del azófar
que refulge,
solamente de entre las piernas,
de una dama
callejera y malvada, como tú…


Esos sadicos placeres
del frío de las cadenas...

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