12/11/2006

LA MUERTE DEL GENERAL RASTRERO

Hoy se incinera
en flamas de venganza,

pagando a demonios que ya no perdonan
y a negros y rojos serafines que no olvidan
la traicionera mirada y la insensata movida,

el rudimentario espíritu de un tirano del nuevo averno.

En la calle un alivio de vidrio
se alza encendido con nuestras risas,
con nuestra burla despiadada hacia sus familiares que lloran,

gritamos en frenesí
por las heces que decoraran tu tumba asquerosa,
por los mintos sanguinarios que regurgitaran tus carnes
podridas de antemano,

por las hoces que se juntan con los martillos
y los libros,
gritamos con amargo sabor de justicia metálica:

¡y ya cayó!.
¡y ya cayó!

La historia será
perpetua hoguera
para su escarmiento…

No hay comentarios.: