4/30/2013


De seguro de este socavón saco una flor hermosa,
una medio roja, violácea, con hojas
extensas casi amarillentas y secas
(fumables en todo caso) para quemarlas
en un ritual de sanación espacial
y no emerger de este pozo
como Samara,
por escribir sobre ellas garabatos y delirios
y hacerlos llamar poesía y evitar asesinatos y robos.
El tiempo es más derrochable que el dinero por cierto.
Me he sentido enfermo, es poco lo -a prueba- que coloco al esqueleto
en días de latencia… No importan las cenizas,
son ruinas, el pasado es una escuela:
el hoy es difícil para que el mañana sea fiesta…
Para que la alegría no sea tan superflua…
Para disfrutar la vida cuando se mira hacia el cielo.

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