8/05/2009

CORTESANA


1)

Pamela,
rubicunda y gatuna
elástica armazón simétrica de la carne
alba, alba taciturna
alba en la que el cuartucho del edificio del cielo
en el centro del infierno de la ciudad de santiago
acoge en tu regazo infanto y siniestro
el estro que no existe en los labios de la súcubo.

Y yo me extravío en los puentes angelicales
de figuras institucionalizadas en la subjetividad de los vencidos;

esos verdes ojazos y el humo amarillo
del etílico vaho que le brota a su boquita.
Y me caigo atravesado, nuevamente en el olivo,
vitralmente atormentado de colazas pupilas azabaches,

recorriendo su cuello adornado por bisutería barata,
por mi lengua, por la mía

mientras esclavizo su lomo jalándole las blondas
marejadas suaves que le brotan del cerebro
y la retuerzo bajo la leche
que pulula mi sangre

cuando a coro aullamos cual lobos heridos sedientos el viento

de la endorfina magnánima. Apuñalo su espalda
recta con el calor de mis huellas

y digitales dilemas mojan
sus enormes labios: entre las piernas de este querube
completamente depilado como una egipcia

concubina que ni siquiera sabe mi nombre.

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