5/19/2008

PALABRAS DE +

Cuando llego aquí, escojo
los olfatos más desorbitados del planeta desocupado,
la ceniza y el polvo que le dejaste al vacío dilatado
de mis desvaríos crónicos de mi huérfana neura iconoclasta de amores.
Todos los días tengo un plan poliforme similar
a las familias que cenan cada noche comentando el futuro,
donde no se estructuran los procesos correctos
del callejón sin salida
en el cual los perros mueren cada noche
“mordiendo las culatas de los fusiles teóricos”.
Y sueño con los ventanales enormes que hacen ver
la ciudad como un festín de chispas eternas y silenciosas.
Casi palpo tus manos derramando a mi corazón
de las razones de mi furia entre mis cejas abultadas,
y lo celebro cada noche cual una victoria invisible
que se tarda más de la cuenta temporal, en pasarme +
de la cuenta terrenal de la vida.
Y sigo soñando contigo y conmigo (o por lo menos
con alguien que se me parece
salvo su sonrisa realista y su corona de oro).
Sigo agrietando las mismas puertas de antaño,
que una tras otra siempre están cerradas
por débiles candados
para mis desarrollados músculos emocionales
resistentes al suicidio inmediato,
que sin embargo nunca parecen terminar
de florecer en el hall del mañana.
En ocasiones cuestiono las estrategias del hombre
postmoderno y postergado,
pero me veo en este espejo e = mente vomito
de la pena que me causo al decir la verdad.
De cierta forma, también fue un error
el haberte quitado los hábitos de Maria,
haberte desvirgado
las cenicientas y las b l a n c a s n i e ves,
el haberme sulfurado con una de mis navajas
en el ala izquierda.
El haberte permitido dejarme desaparecer
Cual un vil acto de magia de las promesas ilusorias.
Empero, de menos, ciertamente, no me hechas.

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