5/27/2008

CON TRADICCIÓN


Y yo, haciendo, golpes
de las olas en la roca de tu velo, nada.

Ya no me punza, abierto, ese punto imaginario,
donde prometo y meto, las manos
se me parten con el gélido
soplo invisible de varias caras que no veo.

Mas sus palabras cambian
el proceder de aquel río

donde ni se refleja ni se lleva
en el corazón, sus piernas, como puertas
de bar, mojan el amor, y crece
cual flores de un lugar fijo.

Me pesa ésta, serie de succiones que de antaño
me hicieron, la más antigua de las obras, de la sal y el rencor.

Y si acaso soy sólo otro de los sordos?,
otro de los sorbos?,
de los medios?,
de los días contados como pétalos de Margarita?.

La tengo en la mira, en algún lugar la tengo.

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