5/19/2008

KAREN Y PABLO


Zara

Hay un gran trazo azul entre los cabos de nuestra usanza.
Encuentro la ilustración en tu abrazo y tu silencio,
tus besos furtivos de delincuente bella y sublime.
Porqué yo soy tu mentira y tu secreto, danzo en la penumbra.
Yo soy tu inconciencia, tu pasado que no pasa
a decir mejor tu presente de chocolate y esplín.
Yo soy tus problemas: he de llamarme dilema negro,
conflicto sicodélico un tanto
dadaísta y otras veces
fuera de la matriz esperada por la sangre.
Soy lo que no se dice,
soy una intemperancia de destellos carmesíes,
prendidas en fuego y escupo.
Yo soy el que no va,
el que no se manifiesta de cuerpo, el fantasma
que te seduce, te devora, te huele, te chupa;
el rincón donde te posas cuando nadie te mira,
tu estación y tu plan maquiavélico, yo soy
el que no llega a la cita, el que no cena,
no bebe, no divaga de contingencias irrelevantes con tus deudos,
soy el olvidado por tus amistades, el desconocido,
el desaparecido, el ácido sorbido, el volátil vapor que nunca dejo
de fluir de la hoguera eterna de nuestro amor-mudo,
nuestro odio ficticio, nuestro olvido simulado, nuestro termino fisiológico
nuestra huida moral. Yo soy tu bestia:
suave animal hijo de la nada y lo abstracto.
Tu sexo invisible, ultrasensible.
Tu sonrisa encubierta al llegar a la casa de ellos.
Lo que nó se divisó, lo que no existe,
el surrealismo de los esquemas obvios que refriegas
sobre los rostros confiados de tus madres al amanecer.
Yo soy el que espera, el que no espera.
Soy tu corazón, tu letra, tu reflejo, tu boca.

Yo soy tú y tú eres yo.

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