1/17/2008

ANIMAL TRAINING (O LA INVITACIÓN EPICÚREA)


Garito: toda profundidad
es un ojito {cualesquiera claro-dorado
espectro difuso de noctámbula amnesia} cerrado
sin duelo previo predestino; y chorreado
de atisbo azabache, espacios de transición infantil polimorfa
mutilados por tijeras germinales y lechosas.

Recorren los vidrios
barandales y barras mojadas de metálico físico,

perniabiertas perniciosas separadas
de anacoretas autistas,

altas montañas
de carne mulata y platino,

bajas idílicas
flechas de serafín estrambótico,

multiformes ancestrales
y Magdalenas
proletarias: rojas, amarillas, brunas y tornasol.

¡Y miren los espejos que le rodean por completo!,

como la electricidad de una mano venal:
fina, artística, libertina, suripanta,

se denomina terminada con la -A-.

¡en el centro explícito del genero
la elasticidad activa del movimiento propinado
por la crudeza de una realidad ajena

a las mujeres
que
des-
conoce.

Bañandose los dedos con diversas secreciones felinas:

Stefanny, Yasna, Karina, Noelia,
Fernanda, Romina, Carol, Rosa,
Valeska, Sussy, Sharon, Jhoanna

células-madres-infértiles y cojas;
que con anomia exquisita lisonjean los pies de otras hermanas.

Relajado y ensimismado
de brazos
cruzados
tras la nuca

de hierro

en el trono de algún dios de la Grecia
que deshereda a diario.

Siéntiendo como un hijo quimera y fusionado
con la Yocasta,

elije a su madre en este catalogo viviente
de cortesanas bailarinas
mientras el ecosistema de la desilusión
y sus veinticuatro
dólares fáciles

rutinarios e infecciosos

trotan raudos por carteras de cocodrilo.

Depilados
bellos
vellos

dan

el paso

hacia el interior.
de un brusco momento
de d e s c o n f i g u r a c i ó n

única salida posible de psiquesoma

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