12/12/2007

CARTA AL VIENTO SIN DESTINO

Me tocó en las cimas, un digital dolor.
Y cual si aguijones de tormenta hubiesen poseído mis manos abiertas, comenzó a fluir despacio la cantinela cabizbaja, que ahora adviertes tirada sobre los catres soberbios de este folio de llanto amargo.
En las notas, sus negras pasiones del deleite de su piel, sus blancas maternidades del domingo y sus mañanas, sus corcheas de cerveza barata que me patean en la sien, todas las figuras dicen que no estás.





¿Ves?.

Todas las historias son mnémicos espacios abstraídos del presente de hace días atrás, cuando -fui-, cuando fuiste en mi boca, en el eco de un suspiro el viento que lo mojaba,
no hay excepción en el amor mundano,
soy el de la crónica de este vicio descabellado, lo peino de furia.
Del ocaso de la semana desde donde floto sinsentido, lo único que sabía era que te amaba, y hoy…

¡Mírate ángel!
es un día y otro
¿Cómo se torna el sol
si él produce el color total?

Este vetusto fruto del sonido dibujado con sangre
no posee más que interrogantes magnánimas y cojas.

Necesito amigos como arroyos limpios.
Necesito amor como idílica promesa de princesa abstraída.

Es una gran falacia eso de la soledad puta ladrona,
no es posible volver a pestañar frente al último sentido abierto.

Tú escribiste el universo diádico y su flor,
debieses ser la promesa cumplida por el prudente temporal.

Deberías deber devenir

una sentencia que escribiste con mi pluma sometida.

¡Mírate ángel!
Haré las veces del espejo
…………………………de tu vida
un símbolo de truenos en la playa de tu campo.

No pude ser más ciego que el narciso más complejo,
anatemas heredados por la etiología del letargo

¿yo soy acaso la carreta?
¿en mi se acopia el veneno del infierno?

¡Mírate ángel!
Posiblemente el universo ha ignorado tu belleza
el universal te ha confundido con las perlas y los autos

tú misma te construiste de ladrillos rústicos y primarios,
equivocaste la vera en la oscuridad de una mentira.

¡Hoy no puedes decirme
que eres tú!

Yo te conozco de antes
de antes de que se partiera el átomo de la existencia
de antes de que en tus ojazos el mundo se dibujara.

Seguiré escupiéndote los oídos de la mirada inconclusa
con el filoso gruñido del discernimiento del futuro.

Yo te devolveré al paraíso
a las nubes que sólo pueden imaginar
los viciosos incapaces del destino

Yo te devolvería el brillo de la gema
el dorado claro de las caricias de tu rostro
la luz refulgente de tu espera por paz.

¡Mírate ángel!

¿Sabes acaso lo que quieres?...

No hay comentarios.: