TU CARCEL (dedicado a V.C.)

Cual si noctívagos fetos
que conforman un objeto
único
en la medida del anonimato impuesto,

colosales barrotes de un metal rancio
emulan el útero de una fértil quimera.

Contra altozanos de espanto
golpea la rosa áurea
entonando alegres elegías a la humanidad:

a las ovejas.

Que un día guerreros
nobles apuntaron saetas hacia corazones divinos;
yo convencido de aforismos ambarinos.

Antitesis de todas las vigas del palacio celeste,
dividen los pilares de neófitas habladoras,
estratagemas bien audaces;
mas en todas las puertas cerradas el umbral se fusiona:

el Ouroborus se burla de los sueños,
escombros intimidantes simbolizan vil causa.

Ciertas adoradoras en el pedestal
de inquisidores barbiespesos
osan salvaguardar con sus espadas
oxidadas al cancerbero moribundo,

yo hecho a desfilar cien gemelas de argento
por sonrojados pómulos negros
como reivindicando mi mente con escapes imaginarios.

¡Todos simbiontes de tetas de plástico!!!

Tan abstracto es el nombre
de los hombres que nacieron.

Mas la soledad veneno impuro
inocula con unas bocas carmesí,
con unos labios gastados
por el alud de primaveras mustias.

Yo gozo de los baños con espejos
desmontables,

de las hojas que se unan para comienzos alienantes,
de las damas de cristal empapadas con sangre suma,
de los divanes de carne blanca que me acogen hilarantes…

¡Y aun así!!!…

El imán de la ordenanza retrae con prepotencia

a unos ojos bien saturados
de demonios de medio pelo

y ni las alas que desplazan a picaflores extraordinarios
conceden la esperanza de unos dientes asomados
a unos ojos enamorados,
a unas suertes mejores…