9/25/2006

*PRIMA FACIE

Esa muchacha de un espejismo cualquiera
En cometas depositada, yace tranquila
Avanzando abstraída de mi existir pasajero.
Al lado de un serafín rubicundo como ella,
Encumbrada la mirada rutilantemente diáfana.
Desviada todavía de mis foscas intenciones de amor puro,
Esa muchacha me abrazó tan fraternos frenesíes,
Demostrándome lo máximo que por mí destruiría.
-Amigo- me gritaba.
Como si yo, en algún momento, calzara en el primer umbral
Con una cara de optimismo.
Y yo, sólo me limité a tocar sus impresiones, las ancas blancas y negras de su sombra dándole placer al asfalto,
El perfecto y sano himen de su recuerdo en los callejones,
La utopía de su pasión embutida en mi pecho convexo,
El aliento perfumado de su sombra sobre la mía,
Bajo mi sombra su cabellera blonda lloviéndole a mis manos abiertas,
Tras las puertas de los baños mi lengua besó su sombra
Y ella jamás leería semejantes blasfemias.
¿Por qué intentó acuchillar los veloces atisbos,
las sagitas consagradas a sus ojos, de muchacha, verdes?
Me pregunto si es que lo pensó
Si es que existió.
Algunos doctores dijeron incluso que ella había muerto
Y mi duelo patológico
Había pintado el muro de la primavera,
Delegándome directamente a la categoría de escritor Francés.

*(a primera vista)

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