8/29/2012

Estaba pensando en mi Padre, en mis viejos Profesores, en uno que otro Amigo de más edad que en aquel instante, en que yo era impetuoso adolescente, a pesar de qué me amaban profundamente o por lo menos me estimaban y deseaban lo mejor para mí en contra de mi voluntad, fueron víctimas de mi soberbia asesina, de mi violencia indiferente… Lamentable o positivamente, ya no puedo hacer nada por reivindicar ese pasado. No creo en el arrepentimiento, ya que eso da para muchas aberraciones. Sin embargo, ahora tengo algo muy claro, ahora qué yo estoy al otro lado de la moneda del tiempo y mis paradigmas se configuraron como un color con matices: no me afectaran las violencias ni el ímpetu adolescente, por el contrario, los comprenderé plenamente, y romperé el circulo vicioso de las revoluciones y las contrarrevoluciones estúpidas que nos desenfocan como clase de la verdadera y única revolución, la revolución contra dios capital y sus perros emperadores que con toda su maquinaria homicida y propagandística pretenden hundirnos en la ignorancia y la apatía…

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