7/30/2007

SANTIAGO

La belleza murió hace siglos.
La carne, piel dos naturalezas.
La calle, flores nacen por suerte.
La cosa, vellos crecen en el pavimento.

Trece días para conocer centros viejos.
Trece pétalos en el butano raudos reptan.
Trece letras que no se aman en la línea.
Trece puntos de ojos en plumas grises.

La sonrisa del ario denota sus payasadas.
La caída, estallan muros de liquido rosa.
La paloma en caminos de adoquín muerto.
La voz senderos sin salida y dos colores.

Trece pasos hacia trece pasos más.
Trece telas cubren madres de ocaso.
Trece espejismos cogen en piletas vacías.
Trece hojas de árbol amarillo hacen noche.

La expresión en el pico del palomo bailarín.
La cabeza observa pisos de piedra blanda.
La turista empeña pensamientos de prehistoria.
La casa está a cuatro mil kilómetros de la nube.

Trece estados con sus políticas del olvido.
Trece escaños con mi nombre en la mollera.
Trece danzas que la música no mola mucho.
Trece patas de arañas sobre locos jardines.

La boquita sal, doce fotos de EEUU.
La muerte con otra población yace.
La filosofía en tumbas revolcándose roja.
La posición cambia por hábito cotidiano.

Trece pelitos púbicos se manifiestan en canela.
Trece besos con lengua a la lengua escondida.
Trece grados de Richter movilizan mi suelo.
Trece espadas me presionan el pecho en el muro.

No hay comentarios.: