7/11/2009


PLeBe

Las piedras de los hombros,
los colores de la traición son reacios
al matiz: sus blancos y sus brunos,
como todo en la vida del CPU humano
absorbiendo
Las últimas noticias
de la vida burguesa.
Nadie piensa, nadie pisa,
nadie adquirió del dios evolutivo
el nervio recibidor de la imagen significativa
que retuerce la tontera
de la mentira estatal.
En este paisaje difícil respira el hombre,
empero la chusma se come el coprolito
de dictadores sexagenarios hechos polvo de bazofia.
El cerbero de la injusticia corroe las simientes,
imposible es la paz donde la oscuridad impera.
Bocas ciegas alunizan en la misericordia de ricachones
y se olvidan de la condición del futuro en sus carnes.

Especulan las ratas de oro
arriba del argento
mientras se dobla el trabajo de la mano paupérrima
y la mitad de la historia se descoyunta salvaje
esperando mesías y medicamentos genéricos.

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