7/25/2009



EL PERDÓN DE MIS HERMANAS

Ahora, después de que se cae
el metal del cielo de la cabeza,
sedada del hastío diluido
por el cáustico amoroso del licor,
y disipadas circunstancias
mojan a las hermanas
con las ideas que han sobrevenido
en el salvaje estado
de la verdad absoluta (que es el animal
sonido ansioso de postergarse y ser-
u n o c o n e l t o d o) y probablemente
la cultura sienta la punta de aquel falo corroído
por la supremacía del desinterés del mundo
plástico y genético, y se enfade y envíe todo
su escuadrón marginal y excluyente
de las vicisitudes lógicas de la natura compleja
desmembrándome, amenazándome, silenciándome
y acusándome del mal
del bien,
solamente me queda cantar de pie y seguir
buscando debajo de todas
las piedras de la historia y la filogenia,
el amor de una fiera
que sea mía como yo.

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