11/22/2011

1)


Aprovecharé que el amor me inunda todavía

para no romper con las balas aciduladas

la idiotez del averno que llamamos casa,

la mugrosa tierra baldía de burgueses impotentes

ciegos de basura en la cara.

Ya que han acabado los idilios de pasear como ilusiones:

imágenes

programadas

por corazones pueriles,

he de masacrar lentamente

la carne de los asesinos con agujas de oro

que pinchen en sus destinos la amargura de sus nacimientos

desde el vientre protervo de la escoria que los vio chillar arrepentidos.

Su mismísimo dios judío

penitente

me mirara sonreír en el filo,

antes de abandonar victorioso el universo que errado repta

por las pezuñas ignorantes de las ovejas pusilánimes.

No ensuciaré mis manos el momento antes,

un Poncio Pilatos drogado reirá en su orgia,

cuando todo caiga en derredor

y la tierra se sacuda las alimañas…

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