4/17/2012

algunas interrogantes en la noche


Por qué sin mal entre nosotros
las cosas no funcionaban,
si todos nos amábamos y matábamos
como leones asechando el último momento,
el descuido de los que ven flores
o tiburones que son imposibles de abrazar,
como caimanes que son de piedras verdes y duros
o simples hombres borrachos que le pegan a las mujeres?
Por qué todo mal termina
cuando por fin el pequeño dios logra cambiar la vida
con sus espirituosos jarabes
con su cannabis sativa
con su polvo de manjares?
Teníamos todo para ser felices, éramos pobres
poetas perdidos por paseos postreros
pérfidos personajes pasados por puntas
miedo jamás hubo en nuestro d i s c u r s o,
en nuestro deambular descalzos por el fuego
de la estupidez mundana y sus diarios en el kiosco de la esquina
de la rutina del enfermo tedio suicida,
de los laboratorios sin alquimia,
de los restoranes de medio pelo,
de las opiniones de las gallinas y los huracanes plebeyos.
Y no todo fue lágrimas ni vicio.
Siempre hubo unas carnes en la bracera,
Siempre hubo una fiesta y un baile alegre
que se extendían más allá de la noche
como burlándose del día de todas las ovejas vecinas.
Por qué si en ocasiones nos acostábamos los tres juntos
y soñábamos que todo era posible
en un océano calmo de surrealismo justo y lumbrero
(única puerta al cielo que no conocemos),
jugábamos a los amigos con abrazos y besos y recorríamos
lugares hermosos criticándolo todo a nuestro paso por el piso?
Por qué no contagiamos a un mundo por lo menos
con todo lo que poseíamos?
Por qué no seguimos la senda viva de hacernos dueños
de la propia vida?
por qué siempre miramos los sueños de los que tienen dueños?
por qué no nos escapamos juntos
a las montañas de Colombia o la selva del Orinoco
o a esos lugares en los que solo me fui a tomar fotografías?
Por qué no nos fuimos juntos queridas Lobitas
a construir una Roma con el nombre al revés?
A veces pienso en ti Soledad
toda tú eras un espejo un espejo del futuro,
a veces pienso en ti Zara, eras como electricidad en el fondo de una piscina.
A veces pensó en el azar y en la lucha cotidiana
en las banderas negras y rojas
en el sabor de todas mis hermanas.
Hoy, mientras mi esposa yace en el lecho esperándome
tranquila y hermosa como una primavera
un buen día
y todas esas cosas para las que el hombre existe
y un par de rubias estudiantes cenan a mi lado
en tanto escribo deshecho un poema desesperado,
las recuerdo como ímpetu, tan cándido acercarme a ustedes
que cuando estoy al lado vuelo como un hombre de pólvora mojada
entre las redes de los recuerdos que son el alimento del viejo soñador.

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