6/14/2008

ANOMIA


He pensado en el estado
de la realidad

que no es más
la fotografía o la mirada fija
en el efecto de la luz.

El mundo es un pequeño paramecio
esparcido en la costilla clavada de los hebreos:

rústicos patronos del metal volátil.

Un día cualquiera me conocí en la calle que jamás
vi de frente;
ese tan igual

a la mente d i s e mi n ada de los hijos
pródigos que siempre son hijos
de putas recalcitrantes
y enfermas de cólera emocional y cáncer sensitivo.

El amor a veces me confunde con el borracho
en la mitad de la playa.

El desierto es lo más cierto de la humanidad monicaca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La realidad,
el amor,
en fin,
tantas cosas de las que me alegro de que no tengan la "palabra final", que se distiendan en el tiempo y el espacio eterno y multiple.

Saludos,

Daniela Abarzúa

Anónimo dijo...

La realidad,
el amor,
en fin,
tantas cosas de las que me alegro no tengan "una palabra final", que se distienden por el tiempo y el espacio infinito, eterno, inconmesurable.

Saludos,

Daniela Abarzúa