Estoy lleno de fantasmas, y tú
de voces, yo de exilios lejos y cerca
de serpientes más venenosas buscando
una mordida llena de lagrimas
de vida como un nonato contento
en su levitar en hister a punto de escapar un rato.
Alas prestadas en forma de dinero
disfrazado de dinero y psicotrópicos
buenos aliviando el peso de los fuertes
con los ojos demasiado abiertos.
Pero cómo? Como es posible viajar sin los ojos
con las cuencas de todos los cráneos huecos
del público circundante sin mirarte en el espejo:
la realidad paralela donde el sueño sueña su realización
en la fiesta. Y pobre, así, me fui a recorrer la ciudad del mundo
nuevamente, su noche, su esplín,
comenzarán los círculos para que yo evite la profecía
esta vez tengo cartas bajo la manga
bajo el ala unas plumas de fuego manufacturadas
en el centro de América miserable.
Espero siete cuchillos en el corazón
en la mano para no morir jamás
por ser todos los años y la victoria
será otro cuento de dioses escrito por mí.
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