Mundo
El mundo: la cama levita de los elevados suelos
y los pensamientos en el pretérito inexacto de la imagen.
Ay! La remembranza hepáticamente muere,
pero muta en una letra como los mintos se cromatizan.
No tienen nombres, son los fantasmas
de los recovecos en los bares de Colombia
aparecen mis intenciones una línea una negra una rosa
encandilada por fulgores aventureros…
No caben los Romanos: sus doce cascos cíclicos que aplastan,
mi cuerpo no es ningún templo, es una patria
completa de corazones rotos.
Mi cerebro está en todas partes
a veces lo miro llenándose de liquido rojo, rebosante
porqué no hay tema claro y todo se ensalza
cual en los hoteles el dinero con los orgasmos.
No quiero perder el enfoque como cámara moderna.
¿Estaría mejor en un bar, llorando?
El sol escondiéndose tras de lo plomo del edificio,
ya no quiero dormir hermano Dionisio
tú has visto perder a los lácteos la configuración original
del último libro, incluso las canciones empañan
el vidrio liso de la frontera del resto.
Yo no quiero metro cuadrado,
la geometría de mi existencia no la conocía Pitágoras.
Cuánto tiempo suspendido fuera del esquema de la cordura
entrando y saliendo a voluntad como un Satanás posmoderno
de multicolores grageas.
El mundo del cero al infinito: las veras
con sabores y las calles del destino,
nunca tuve la intención de cargar
la máscara de cruz,
un cuarto de planeta ha besado mi desnudez.
He sido todos ellos y me extraña la noche,
sin embargo no comprendo vuestro dialecto protervo.
Ellos quieren asesinarme y ni siquiera saben
quiénes son.
Sigo estando por aquí, los aviones de mi química.
Estos monos tienen muerta la cabeza,
el cerro me mira por la ventana
como una enormidad temerosa y viceversa
vuelo hasta su cima en esta: palabra.
La naturaleza tiene su propio sistema de armonía
no la veo con corbata quemando hojas en la hoguera.
Basta de basura!
Regálame una lagrima!
No temas de la muerte mis gargajos en su mirada.
Los he visto llorar por la herencia nonata
toda mi casta se conforma de hermanos
un visionario incluso cuestiono el discurso de la esquizofrenia
pero hablo mejor de la contingencia de las botellas
abiertas como mujeres.
No serán mariconadas del porte de un buque
leal es la sentencia en la balanza única de la vida
todos los besos están hechos de caramelo
guardado con una letra la princesa de su nombre inolvidable
el alcohol ha diluido su esencia mil veces,
estoy de espalda en el asfalto contemplando
nombres como estrellas.
¿qué será de ella?
¿El amor quizá la habrá encontrado?
Masoquistamente alago los besos ajenos.
Ay! Deprímeme por favor vaso mío!
Soy demasiado feliz
siento una pena enorme por el mundo
qué sigue girando en su cósmica rutina.
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