Todos los vicios
son el trecho
entre desesperados bríos y la eucariota frontera.
Ahora sin nada más en la despensa del mundo,
recuerdo durante algunos segundos
el placer, en un particular extrañar
esa figura tan lozana
de una mujer que no conozco.
¿Será de las hojas este viento casi huracán,
o en ocasiones sería yo,
la última esperanza?
y por supuesto no veo
tan bien
como el águila que fui ayer,
entre los pilares
de la escultura más celeste en este planeta de gorilas calvos.
Somos, de la nada, alma mía, somos…
12/10/2006
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