Los conflictos siempre son una especie en extinción, que uno
protege groseramente en una jaula de oro escondida en la profunda oscuridad de
un pozo sin fin en las mareas del aparato psíquico. No tiene explicación tener
la solución en las manos y convertirla en agua para aliviar de vez en cuando la
sed de morir y dejarla fluir hasta el final de los días. Con la única intención
de verla siempre fuera del absurdo rebaño.
11/28/2012
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