3/07/2012


Si el perfil, como sádica prueba

de la imagen (putita),

cuando los ojos dicen la verdad del deseo,

te quisiese muerta; obviamente,

todas te condenarían a la hoguera,

pues eres bella como las estrellas

cuando iluminan las noches de sexo

en las montañas del amor malsano.

Todas reconocen en ti

la potencialidad

de la flecha de Cupido en las noches inciertas,

pues tus piernas tienen el color de las piernas

cuando están abiertas cual las noches al sueño

de cualquier transeúnte que esté lleno de carencias.

Y los matices del alma gimen inconscientemente.

Tus olores son una colección de muchos monos

compitiendo por esa atención que ninguno comprende.

Conozco todas las montañas que ha movido el dinero

me resulta imposible regresar al patio de Eva:

cualquiera es un diablo con esa firma en el contrato.

Hay tantas de sus almas en mi propiedad

del corazón roto, queridas sin nombre

que me dedicaré a coleccionar ángeles

como un dios con fijaciones anales al borde del delirio.

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