Historia de bar
He venido a beber y bailo siempre desnudo
sobre el lápiz de mi puño
que esboza la vidorria necia donde sea que se necesite.
Nena me distraes
“arrímate a mi mesa (coja!)”
“deja que te agasaje con bríos desconocidos”
“sólo en lugares oscuros se abren las flores como tú”.
He surcado por el hastío como un marino de avernos dantescos
ahora sólo quiero emborracharme y bajarte la cremallera.
¿Te gusta este ritmo? Creo que mis caderas se tambalean
te has dado la vuelta encima
de mi cuerpo que te anhela
¿Qué quieres que haga? Mozo, otra cerveza!,
otro Martini, otro vodka,
una habitación de Oriental princesa
no he preguntado tu nombre: te bautizaré como Vanessa
pues tienes miles de tatuajes embutidos en la cabeza.
Te ves bella acostada
callada y encallada
son tus piernas las que se separan
como los padres de los plebeyos.
¿Quieres saber mi nombre,
me encuentras acaso lleno?
Yo también puedo ser el que tú quieras
camino a este cementerio.
No me arrepiento de nada,
tengo un ejército de vidrio en la cabeza,
ellas están tan vacías como yo/ llenas con aventura,
en su gloria estuvieron odres
atiborradas del étil
embarazadas de bestias voladoras,
a mi merced todo este batallón va entonando mis letanías
la imaginación y la remembranza preparan la cena,
sublimes manjares de toda Latinoamérica
yo he sido su cielo
bailaron bajo mi lluvia alba de estrellas espesas
he comido tanto, tanto!
Qué me convertí en el universo mirando el espejo.
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