NEUROSIS OBSESIVA
Grueso adoquín del mañana que niegas
las plomizas fronteras de los polos endurecidos,
me has robado todo lo que brilla y vuela,
las estrellas prendidas sobre la intemperie del cielo,
las mujeres extrañas para examinar sus gamas,
los vasos plateados que adornan mis entrañas baldías,
la sangre alivianada de los días junto a mi casta.
El perro cabizbajo frente al charco del mundo,
la tiniebla bermellón de la utópica quimera
montada en la primavera marchita de los panteones eclécticos.
Y los lucidos contrastes del recogimiento protervo,
el cabello bruñido de las mañanas Nortinas,
los azabaches gatitos que truenan como clarines
el blues nacarado de la paz y la guerra
sobre los tejados de la ventura que me niegas absorta.
Grueso adoquín del mañana que niegas
las plomizas fronteras de los polos endurecidos,
me has robado todo lo que brilla y vuela,
las estrellas prendidas sobre la intemperie del cielo,
las mujeres extrañas para examinar sus gamas,
los vasos plateados que adornan mis entrañas baldías,
la sangre alivianada de los días junto a mi casta.
El perro cabizbajo frente al charco del mundo,
la tiniebla bermellón de la utópica quimera
montada en la primavera marchita de los panteones eclécticos.
Y los lucidos contrastes del recogimiento protervo,
el cabello bruñido de las mañanas Nortinas,
los azabaches gatitos que truenan como clarines
el blues nacarado de la paz y la guerra
sobre los tejados de la ventura que me niegas absorta.
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