He pensado en el estado
de la realidad
que no es más
la fotografía o la mirada fija
en el efecto de la luz.
El mundo es un pequeño paramecio
esparcido en la costilla clavada de los hebreos:
rústicos patronos del metal volátil.
Un día cualquiera me conocí en la calle que jamás
vi de frente;
ese tan igual
a la mente d i s e mi n ada de los hijos
pródigos que siempre son hijos
de putas recalcitrantes
y enfermas de cólera emocional y cáncer sensitivo.
El amor a veces me confunde con el borracho
en la mitad de la playa.
El desierto es lo más cierto de la humanidad monicaca.
de la realidad
que no es más
la fotografía o la mirada fija
en el efecto de la luz.
El mundo es un pequeño paramecio
esparcido en la costilla clavada de los hebreos:
rústicos patronos del metal volátil.
Un día cualquiera me conocí en la calle que jamás
vi de frente;
ese tan igual
a la mente d i s e mi n ada de los hijos
pródigos que siempre son hijos
de putas recalcitrantes
y enfermas de cólera emocional y cáncer sensitivo.
El amor a veces me confunde con el borracho
en la mitad de la playa.
El desierto es lo más cierto de la humanidad monicaca.
2 comentarios:
La realidad,
el amor,
en fin,
tantas cosas de las que me alegro de que no tengan la "palabra final", que se distiendan en el tiempo y el espacio eterno y multiple.
Saludos,
Daniela Abarzúa
La realidad,
el amor,
en fin,
tantas cosas de las que me alegro no tengan "una palabra final", que se distienden por el tiempo y el espacio infinito, eterno, inconmesurable.
Saludos,
Daniela Abarzúa
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