De esos pies,
y mi talón gastado del ruedo,
la máxima saliva ha denotado su suplicio.
Si no conozco
la pisada posterior, ¿qué berretín
me re c u e r das, loca?.
Llevo unos labios en el bolsillo del livor,
un extraño dialecto truena la asfaltada
manta del ozono del sinsentido,
barbiespeso coraje del monte del universo.
Carece la sonata
anómala del azúcar que tanto sol pulula
en sus ojos, sus pecas
son los puntos finales de mi existencia.
Mas sabe la quimera por diabla y por vieja:
“si cerrada la vertiente aún el espacio
florece por los años,
tendremos en los espejos de las manos a un hijo:
las palabras se infectan de lugares arquetípicos…”
12/07/2007
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